La boxeadora argelina Imane Khelif se ha convertido en protagonista de una seria controversia en los Juegos Olímpicos de París. De 25 años, la deportista venció en apenas 46 segundos a una de sus contrincantes, la italiana Angela Carini.
El combate tuvo lugar el pasado jueves 1 de agosto y las imágenes de una Carini acorralada le dieron la vuelta al mundo. Este triunfo le permitió avanzar a los cuartos de final en la categoría femenina de 66 kilos, y revivió de inmediato una serie de cuestionamientos respecto a su género y su derecho a participar en una competencia femenina.
Inicialmente, millones apuntaron a que Imane Khelif era una mujer transgénero. Pero, en realidad es una mujer que desarrolló un trastorno conocido como hiperandrogenismo, que en el caso de las mujeres afecta a aproximadamente el cinco por ciento de la población y las lleva a producir en exceso andrógenos como la testosterona.
La participación olímpica de deportistas hiperandrógenas encendió un debate que aún no tiene punto final. Y ha trascendido incluso hasta la política, de la mano de la primera ministra italiana ultraconservadora, Giorgia Meloni, y el presidente argentino Javier Milei, quienes se han opuesto abiertamente a la participación de deportistas como Khelif.
¿Cómo funciona esta hormona sexual?
La testosterona la producen hombres y mujeres, explica en SEMANA el endocrinólogo César Ramírez. Sin embargo, ellos producen alrededor de 20 veces más que las mujeres, principalmente en los testículos. Ellas, a su vez, la producen en los ovarios y en las glándulas suprarrenales.
“Un nivel normal de testosterona en los hombres se estima entre 10 y 35 nanomoles por litro de sangre, según el prestigioso hospital estadounidense Monte Sinai. En las mujeres, en cambio, oscila entre 0,5 y 2,4 por litro. La testosterona puede variar según la edad y la época del año”, indica el especialista.
Y agrega que cuando las personas “producen de manera natural un exceso de hormonas del sexo como la testosterona, se habla de hiperandrogenismo. Se trata de una condición que afecta a un 5 por ciento aproximadamente de las mujeres. En un 70 por ciento de los casos, este se está provocado por el síndrome de ovario poliquístico, según una investigación.
Los síntomas incluyen acné, el crecimiento de pelo corporal y caída del cabello.
¿Qué implicaciones tiene en el deporte?
La testosterona puede mejorar la masa muscular y la masa ósea. Incrementar esta hormona de manera artificial es una forma de dopaje y está prohibido. Las investigaciones indican que los deportistas con exceso de testosterona son una minoría en la élite.
Lo que no deja de generar debate es cómo esta hormona mejora el rendimiento de los deportistas. En ese sentido, Magali Martowicz, directora de derechos humanos del Comité Olímpico Internacional, COI, asegura que no existe “un consenso científico” sobre cómo la testoreona afecta a los atletas.
En la pasada edición olímpica, en Tokio, la halterófila neozelandesa Laurel Hubbard se convirtió en la primera mujer transgénero en participar en unos Juegos. Y, para clasificarse, tuvo que mantener su nivel de testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos 12 meses.
Y, pese a cumplir con los requisitos, su participación de Hubbard fue muy criticada. En 2021, el COI renunció a establecer una guía sobre los criterios de participación, lo que dejó esta potestad a las federaciones deportivas internacionales.
¿Cómo influye en el boxeo?
Khelif fue descalificada en el Mundial de boxeo el año pasado porque “sus elevados niveles de testosterona no cumplían los criterios de elegibilidad”, según la página web del COI.
La argelina y la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting fueron descalificadas en Nueva Delhi en un evento de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), presidida por el ruso Umar Kremlev.
Sin embargo, debido a problemas de gobernanza, económicos y éticos, la IBA fue expulsada del movimiento olímpico el pasado año, por lo que el COI tomó la responsabilidad de organizar el boxeo en París-2024.
El portavoz del COI Mark Adams señaló que todas las participantes en las competiciones femeninas “cumplían con las reglas de elegibilidad”. Según explicó, “las deportistas compitieron muchas veces antes durante mucho años, no acaban de llegar, compitieron en Tokio”.
“Testosterona no es un test perfecto. Muchas mujeres tienen testosterona en lo que llamaríamos ‘niveles masculinos’ y siguen siendo mujeres, compiten como mujeres”, añadió. “Esperemos que estemos todos de acuerdo en no estar pidiendo regresar a los viejos tiempos cuando se hacían tests de sexo, algo que fue terrible”, concluyó.
*Con información AFP.