Una vez los pacientes son diagnosticados con enfermedades como la diabetes deben seguir al detalle sus niveles de azúcar, hacer ejercicio con regularidad y consumir una dieta balanceada.
No obstante, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) han señalado que hay algunas actividades y hábitos que pueden favorecer el incremento de la glucosa en la sangre y que en ocasiones pueden pasar desapercibidos.
Esto es especialmente importante en la medida en la que perder el control del azúcar que está presente en el organismo puede tener múltiples consecuencias negativas para la salud.
“La diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores. La diabetes mal controlada aumenta las posibilidades de estas complicaciones y la mortalidad prematura. Además, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares y tuberculosis, especialmente aquellas con mal control glucémico”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En ese sentido, es fácil concluir que una de las medidas más importantes para los pacientes con diagnóstico de diabetes es tener a la mano un dispositivo que les permita medir con frecuencia la cantidad de azúcar que está presente en su torrente sanguíneo.
Además, los CDC dan algunas recomendaciones que pueden resultar útiles para mantener a raya los niveles de glucosa en la sangre:
- Desayunar adecuadamente: Los CDC sostienen que pasar por alto la primera comida del día puede ser negativo para el bienestar del organismo. De hecho, señalan que ayunar puede provocar que suba la cantidad de azúcar después de consumir otras comidas como el almuerzo y la cena.
- El fenómeno del amanecer: La fuente médica también indica que los pacientes tienden a tener un mayor nivel de azúcar en las mañanas, incluso aquellos que no son diabéticos. Por ello, es calve tener cuidado con lo que se come a esta hora del día.
- Dormir bien: Aunque no es un aspecto que se tenga en cuenta con frecuencia, los CDC advierten que “hasta una sola noche de muy poco sueño puede hacer que su cuerpo use la insulina de manera menos eficaz”.
- Evitar el estrés: La diabetes y la salud mental tienen una relación estrecha. De acuerdo con los CDC las personas que presentan episodios de estrés pueden ser más proclives a descuidar su salud. Así mismo, indican que estar estresado hace que incrementen algunas hormonas que pueden tener un impacto directo en los niveles de azúcar.
- Tomar agua y mantenerse hidratado: Beber agua en vez de gaseosas o jugos azucarados puede ayudar a evitar que suba la glucosa y, al mismo tiempo, reducir el riesgo de deshidratación. La fórmula es sencilla, según anotan los CDC, a menor nivel de agua en el cuerpo, mayores serán los niveles de azúcar.
A su vez, las autoridades sanitarias recomiendan llevar una dieta balanceada y trazar un plan de comidas con la ayuda de los profesionales médicos. Entre otras cosas, las personas con problemas de azúcar deben evitar el consumo de carbohidratos, que deben vigilarse con mucho cuidado antes de comer.
También es importante consumir verduras y frutas que tengan un bajo índice glucémico y evitar los alimentos ultraprocesados.
“Preste atención a otros desencadenantes que pueden hacer caer su azúcar en la sangre: Por ejemplo, el calor extremo puede hacer que sus vasos sanguíneos se dilaten, lo cual hace que la insulina se absorba más rápidamente y podría causar una caída del azúcar en la sangre. Si una actividad o un alimento o una situación son nuevos, asegúrese de verificar sus niveles de azúcar en la sangre antes y después para ver cómo responde”, concluyen los CDC.