Un grupo de investigadores publicó en la revista The Lancet un estudio que concluyó que al menos uno de cada tres pacientes experimentará síntomas al dejar de tomar un antidepresivo, mientras que uno de cada seis tendrá síntomas similares incluso si deja de tomar un placebo.
Si bien la aparición de síntomas adversos tras la interrupción del tratamiento con antidepresivos no es nuevo, este estudio reciente profundiza en las cifras y es la primera gran evaluación de la incidencia de estos síntomas.
Este estudio analizó en total cien grupos que incluyeron más de 20.000 pacientes, de los cuales 16.532 interrumpieron el tratamiento con antidepresivos, y otros 4,470 interrumpieron el placebo, una sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto favorable en el enfermo, si este la recibe convencido de que esta posee realmente tal acción.
Lo que hallaron los científicos es que un porcentaje de alrededor del 3 por ciento, experimentará síntomas graves al interrumpir el tratamiento con antidepresivos. Además, descubrieron que algunos de estos medicamentos tienen más probabilidades de causar síntomas de interrupción y que estos síntomas pueden ser más graves en esos casos.
Los síntomas de discontinuación se observan con mayor frecuencia con desvenlafaxina o venlafaxina, dos fármacos que pertenecen a la clase de los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), comúnmente utilizados para tratar trastornos de ansiedad y depresión. Además, se detectaron síntomas graves cuando se descontinúa medicamentos como imipramina, paroxetina y desvenlafaxina o venlafaxina, usados para el tratamiento de trastornos del estado de ánimo y la ansiedad, como la depresión mayor y el trastorno de ansiedad.
De acuerdo con los expertos, los síntomas que surgen después de la interrupción o la reducción de la dosis de un antidepresivo incluyen con frecuencia, según las recientes guías de práctica clínica nacionales y transnacionales, mareos, dolor de cabeza, náuseas, insomnio e irritabilidad.
Por ello, se recomienda informar a los pacientes sobre los riesgos de la interrupción abrupta de los antidepresivos y sugieren además una disminución gradual de su uso.
Lo que se conoce hasta ahora es que suelen aparecer en unos pocos días y suelen ser transitorios, pero pueden durar hasta varias semanas o meses. Lo que sigue siendo controvertido, sin embargo, es la incidencia (cuántas personas los sufren) y la gravedad de los síntomas.
En todo caso, la ingesta de antidepresivos es la causa, en la mayoría de los casos, de náuseas y vómitos, aumento de peso, diarrea, somnolencia, problemas sexuales, como falta de deseo o capacidad para tener relaciones sexuales.