El cáncer es una enfermedad que se origina de células en el cuerpo. En condiciones normales de salud, las células se multiplican cuando el organismo las requiere y mueren en el momento en que se dañan o el cuerpo ya no las necesita y es un ciclo normal en cada persona.
Sin embargo, hay ocasiones en las que el material genético de una célula cambia y es allí cuando se genera el cáncer. Este proceso provoca que las células crezcan fuera de control, se dividen demasiado rápido y no mueren de la manera normal.
Existen muchos tipos diferentes de cáncer y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Por ejemplo, es posible que se desarrolle en el pulmón, el colon, los senos, la piel, los huesos o el tejido nervioso, según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Uno de los muchos tipos de cáncer es el de amígdalas, el cual se desarrolla cuando las células sanas de estos órganos experimentan cambios en su ADN, lo que hace que se genere una acumulación de células que crean un tumor, el cual es posible que crezca y se extienda a otras partes del cuerpo.
Factores de riesgo para desarrollar este cáncer
El instituto de investigación Mayo Clinic asegura que algunos de los factores de riesgo para desarrollar este tipo de cáncer son los siguientes:
Los expertos coinciden en que uno de los mayores riesgos es la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas. En torno a este tema, la editorial especializada en temas científicos y médicos Elsevier, dice que se calcula que siete de cada 10 pacientes con cáncer bucal son consumidores excesivos de alcohol, de acuerdo con datos de la American Cancer Society.
“El consumo simultáneo de tabaco y alcohol produce un efecto sinérgico que aumenta en gran medida el riesgo de sufrir cáncer de cabeza y cuello. Algunos estudios apuntan a que el riesgo de las personas que fuman y beben excesivamente aumenta hasta 100 veces más en comparación con el de las que no beben ni fuman”, precisa.
Los principales síntomas que experimentan las personas que desarrollan este tipo de cáncer se señalan a continuación.
- Dificultad para tragar
- Una sensación de que queda algo en la garganta
- Hinchazón y dolor en el cuello
- Dolor de oído
- Rigidez de la mandíbula
¿Cómo prevenirlo?
Existen diferentes formas de reducir el riesgo de enfrentar este tipo de cáncer. Estas son algunas de ellas.
- No consumir tabaco. Cuando una persona no consume tabaco, la recomendación es que no empiece a hacerlo. En caso de que ya sea un hábito, lo aconsejable es consultar con el médico sobre posibles estrategias que ayuden a dejar de fumar.
- Limitar el consumo de alcohol. Si una persona decide tomar alcohol, debe hacerlo con mesura. Para los adultos saludables, beber con moderación significa una bebida al día para las mujeres y hasta dos para los hombres.
- Buscar atención dental regular. Durante la cita, el dentista revisará la boca para detectar signos de cáncer y cambios precancerosos.
- Aplicarse la vacuna contra el virus del papiloma humano. La vacunación para prevenir la infección por el virus del papiloma humano puede reducir el riesgo de cánceres relacionados con este virus, como es el de amígdalas. Es importante consultarle al médico si esta vacuna es apropiada para el paciente.
Referencias:
Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
Instituto Mayo Clinic
Editorial Elsevier