El Trastorno Afectivo Bipolar es una enfermedad mental que puede ser crónica, es decir, que es persistente o que ocurre constantemente. En otros casos, se presenta ocasionalmente y en intervalos irregulares.
La causa es esencialmente biológica y genética. El sistema límbico se encarga del estado del ánimo y de regular las emociones de acuerdo a las circunstancias. Para las personas con TAB este sistema funciona erróneamente, haciendo que presenten alteraciones bruscas en el ánimo sin que existan motivos que lo justifiquen.
Neurotransmisores como dopamina, serotonina y acetilcolina juegan un papel importante en cada fase. Hormonas como la tiroxina también influyen.
Robinson Montoya, especialista en trastornos afectivos y emocionales y docente de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, advierte que los síntomas del trastorno bipolar pueden iniciar durante la adolescencia tardía o la edad adulta temprana. “Aunque los síntomas pueden aparecer y desaparecer, generalmente, el trastorno bipolar requiere un tratamiento farmacológico de por vida y no desaparece por sí solo”.
Tener esta condición es un factor de riesgo importante en el suicidio, la pérdida del trabajo, la capacidad para funcionar y la discordia familiar.
Sin embargo, un tratamiento adecuado puede dar origen a un mayor funcionamiento y una mejor calidad de vida.
El especialista en salud mental define las principales señales para identificar a una persona con esta condición:
- Es normal en la mayoría de las personas experimentar altibajos. Sin embargo, en el trastorno afectivo bipolar, las variaciones del ánimo pueden ser extremas.
- Las personas con este trastorno pueden presentar episodios maníacos o estados de ánimo inusualmente elevados en los que pueden sentirse muy animados y felices o incluso irritables acompañados por un marcado aumento en el nivel de actividad.
- Por otro lado, pueden tener episodios depresivos, en los que se sienten tristes, indiferentes o sin esperanza, combinados con un nivel de actividad muy bajo.
- Algunas personas tienen episodios hipomaníacos, que son como los episodios maníacos, pero no son suficientemente graves como para causar un deterioro marcado en el funcionamiento social o laboral, o requerir hospitalización.
¿Cuáles son las principales recomendaciones?
- Es importante evaluar cuidadosamente el riesgo de suicidio ya que el índice de suicidio consumados a lo largo de la vida en personas con trastorno bipolar puede oscilar entre el 10 y el 15 %. La gran mayoría de intentos de suicidio se asocian a episodios depresivos o a episodios mixtos con características depresivas.
- Algunos pacientes requieren hospitalización en estas condiciones:
- Situaciones que supongan un peligro relevante de lesiones a ellos mismos o a los demás.
- Estar atravesando una crisis o no tener una adecuada red de apoyo familiar y/o social.
- Presentar complicaciones médicas o psiquiátricas en comorbilidad.
- Pacientes que no respondan adecuadamente al tratamiento ambulatorio.
- La alianza terapéutica es fundamental para mantener adherido al paciente al tratamiento farmacológico y psicológico.
- El tratamiento psicológico es ideal para abordar procesos de regulación en las emociones, estrategias de autocontrol, identificación de señales de alarma de las crisis y pautas de comunicación con sus familiares, pareja o amigos.
- Con el tiempo los pacientes pueden experimentar cambios en su capacidad de entender y retener información, además de aceptar y adaptarse a las necesidades de un tratamiento a largo plazo.
Existen grupos de apoyo para pacientes y familiares que pueden contribuir a hacer de la enfermedad algo más llevadero. Por ejemplo, la Asociación Colombiana de Bipolares y el Grupo TAB: Trastorno Afectivo Bipolar de la Clínica Monserrat.