El Alzhéimer es una enfermedad degenerativa que afecta directamente al Sistema Nervioso Central, es decir, a las células del cerebro (neuronas). De acuerdo con la Organización del Alzhéimer, esta “es la forma más común de demencia, un término general que se aplica a la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas que interfieren con la vida cotidiana”.
Entre los síntomas más comunes, está el olvido de actividades de la vida diaria y que parecen inolvidables, como masticar, ir al baño, llevar el cubierto a la boca a la hora de comer, entre otros. Es de anotar que aparece principalmente en personas mayores de 65 años. Dicho esto, es posible evitar el desarrollo de esta enfermedad, con algunos hábitos y alimentos.
La Organización Mundial de la Salud lo define como “un síndrome debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en la que hay déficit de múltiples funciones corticales superiores que repercuten en la actividad cotidiana del enfermo”.
Sin embargo, la relación que mantienen abuelos con sus nietos, respectivamente, puede traer beneficios para ambos, como prevenir el deterioro cognitivo, así como enfermedades crónicas como el Alzheimer o la demencia senil, según informó el director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, David Curto.
“El tiempo que comparten juntos les ayuda a mejorar los test de habilidades cognitivas de los mayores, pues el papel que juegan los abuelos a nivel social les genera una sensación de utilidad y de pertenencia. Por lo tanto, esta comunicación desempeña una labor fundamental en el bienestar de ambos, contribuyendo así al desarrollo de una sólida autoestima y confianza en sí mismos”, indica Curto.
En este contexto, Sanitas Mayores publicó un listado con los beneficios más importantes que puede traer consigo una relación sana entre los más mayores y los más pequeños.
El primero de ellos es el apoyo emocional. Los abuelos, indican, son una fuente incalculable de sostén anímico para los nietos y proporcionan un oído atento, comprensión y aliento incondicional. Esta conexión puede ayudar a los nietos a lidiar de mejor manera los desafíos de la vida.
Otro de los beneficios es la sabiduría y experiencia. La población mayor acumula una serie de vivencias que puede ser muy útil a lo largo de los años. Compartir tiempo con ellos permite a los nietos aprender de sus conocimientos y experiencias de vida, lo que puede enriquecer su perspectiva y conocimiento.
Una relación positiva entre mayores y niños mejora el aprendizaje intergeneracional. La comunicación entre abuelos y nietos fomenta un intercambio de ideas, valores y tradiciones. Los mayores transmiten conocimientos culturales, habilidades prácticas y lecciones importantes que enriquecen la identidad y la herencia familiar de los más jóvenes.
El vínculo emocional también sale reforzado en este tipo de relaciones. El tiempo compartido fortalece el nexo afectivo, originando lazos familiares sólidos y duraderos. Esta relación cercana les brinda a ambos una sensación de amor, apoyo y sentido de pertenencia.
Por último, otro de los beneficios es la alegría y diversión. Pasar tiempo juntos crea recuerdos felices y momentos de entretenimiento. Jugar, reír y disfrutar de actividades juntos, refuerza las uniones afectivas y establece un ambiente tanto positivo como enriquecedor.
En ese sentido, según se publicó en la revista JCI Insight, por un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, Estados Unidos, el consumo de azúcar estaría relacionado con la enfermedad, por lo que evitarla, ayudaría a prevenir la enfermedad.
El equipo identificó que “el aumento de la ingesta de azúcar y las elevaciones de la glucosa en sangre son suficientes para causar la acumulación de placa amiloide en el cerebro”, lo que aumenta el riesgo de padecer de esta enfermedad.
*Con información de Europa Press.