Reconocido como una causa de bronquiolitis viral en bebés desde hace prácticamente 70 años, el virus respiratorio sincitial (VRS) ha sido ampliamente identificado como un patógeno importante en recién nacidos y niños pequeños.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el virus generalmente causa síntomas leves similares a los de un resfriado, y la mayoría de las personas se recuperan en un período de una o dos semanas. A pesar de ello, es de vital importancia su cuidado, toda vez que los bebés y los adultos mayores tienen más probabilidades de desarrollar complicaciones graves, hasta en algunos casos necesitar hospitalización.
En el caso de los menores, prácticamente todos los niños contraen una infección por este virus respiratorio antes de cumplir los dos años.
De acuerdo con los expertos, las personas con infección por el VRS suelen presentar síntomas dentro de los 4 a 6 días después de haberse infectado. Por ello, tenga en cuenta las siguientes señales de alerta que hacen los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), para reconocer y protegerse de la enfermedad.
Estos incluyen moqueo, apetito reducido, tos, estornudos, fiebre, sibilancias (sonido al respirar). En los bebés muy pequeños, los únicos síntomas pueden ser irritabilidad, menor actividad y dificultad para respirar.
De acuerdo con un análisis realizado en 2021, la incidencia del VSR en Colombia es del del 30 % en lactantes menores de un año, hospitalizados por infecciones del tracto respiratorio inferior.
Importancia de la vacunación
Ante este panorama, la inmunización se convierte en una herramienta fundamental, especialmente en adultos mayores de 60 años y mujeres embarazadas, así como en bebés y algunos niños pequeños.
La OPS señala que a través de “ensayos clínicos aleatorizados” se pudo comprobar que las vacunas redujeron el riesgo de desarrollar infecciones del tracto respiratorio inferior asociado al VSR en un 66,7 % -6 % y redujeron el riesgo de desarrollar infecciones del tracto respiratorio inferior graves asociadas al VSR en un 94,1 %.
La doctora Graciela Morales, líder de Asuntos Científicos y Médicos para Mercados Emergentes para Vacunas de Pfizer, señala que “las vacunas son un éxito para la salud mundial, y han dado como resultado el control y la eliminación de numerosas enfermedades infecciosas que alguna vez fueron generalizadas y a menudo fatales”.
Según la especialista, el VRS es la causa más común de bronquiolitis y neumonía en niños menores de 1 año. Y vale la pena destacar que las infecciones más graves asociadas con el virus son la bronquiolitis, que es la inflamación de las vías respiratorias pequeñas del pulmón, y neumonía, que es una infección de los pulmones.
“Aprovechar la capacidad natural de la madre para brindar protección a los bebés en crecimiento mediante la transferencia de anticuerpos en el útero, puede llegar a tener un impacto significativo y positivo en la salud global. La inmunización tiene un valor trascendental si se piensa en la seguridad infantil. Este es un logro importante para reducir la tasa mundial de morbilidad y mortalidad, especialmente en esta población”, agrega la doctora Morales.
La prevención de enfermedades infantiles mediante la inmunización puede ayudar a proteger a los niños de enfermedades potencialmente graves y, al prevenirlas, puede mejorar las habilidades cognitivas y el rendimiento escolar, lo que conduce a una mayor productividad a largo plazo.
Pero el valor de la vacunación no se limita a la infancia: la evidencia sugiere que la vacunación de adultos debería ser parte de estrategias de envejecimiento saludable para ayudar a prevenir la morbilidad y apoyar la calidad de vida. Dado que la población mundial envejece, la vacunación para adultos tiene el potencial de beneficiar a las personas, las comunidades y las economías.
La doctora Laura Mendoza, infectóloga, ofrece en SEMANA algunas medidas de prevención para limitar la propagación de este virus y otras enfermedades respiratorias.
- Permanezca en su hogar si se encuentra enfermo.
- Al toser y estornudar cúbrase con un pañuelo desechable o la manga de su camisa, no sus manos.
- Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos.
- Evite tocarse la cara sin antes lavarse las manos.
- Evite el contacto cercano con otras personas, como besarse, estrecharse las manos y compartir vasos y utensilios para comer.
- Limpie las superficies que se tocan con frecuencia, como manijas de las puertas y dispositivos móviles.