“Lucía, todos los excesos son malos” fue lo primero que me respondió mi nutricionista cuando le conté que a pesar de que hacía ejercicio y de que ya no comía sino una vez al día, no me estaba sintiendo tan enérgica como esperaba. Por supuesto, lo primero que pensé fue ¡¿ah?! ¡Pero si casi ni como! ¿De qué excesos me habla? Y como no me quería quedar con la duda, en seguida le pregunté y fue cuando entendí que los excesos pueden ser por comer mucho o por dejar de comer, por no hacer nada de ejercicio o sobreactuarme haciendo ¡mil horas! En fin, la clave está en el equilibrio y en el caso de la comida se trata de hacer de manera consciente acuerdos conmigo misma, en los que cabe incluso consumir algo que nos gusta mucho.
Desde que comencé con mi proceso de pérdida de peso, decidí quitar radicalmente todo lo que pudiera ser una tentación para mí, empezando por los postres y las empanadas que tanto me gustan… mmm. Sentía que todo lo que comía podía estar afectando mi proceso y terminé incluso quitando cosas que mi nutricionista me había permitido. Sumado a eso, me obsesioné con el ejercicio, ¡Sí! Yo que lo odio tanto. Pero me seguía sintiendo extraña y lo peor es que no estaba durmiendo bien. Así que un poco frustrada hablé con mi nutricionista y además consulté con el Dr. Ricardo Rosero, médico internista y endocrinólogo y comprendí algo que ha hecho que hoy me sienta más tranquila, más feliz y con menos ansiedad. Ahora sé que tengo unos hábitos saludables, pero no pienso en prohibiciones y llego a acuerdos conmigo misma, que se convierten en pequeñas metas del día.
Seguramente muchos de los que me lee estarán pensando “aja, suena tan fácil y bonito lo que escribes Lucía, pero ¡vaya y hágalo! Ahí la cosa cambia”. Lo sé, la verdad es que no es tan fácil, pero no es imposible, a mí me pasó por ejemplo que solo pensar en que tenía la posibilidad de regalarme un momento de gracia con mi postre favorito por ejemplo, me bajó un poco la ansiedad de estar pensando en si puedo o no comer determinadas cosas. Además, llegar a acuerdos sobre el ejercicio, si sé que estoy de viaje de trabajo y no es tan fácil evitar consumir algo que no debo, aumento la rutina y pienso en no excederme en las porciones.
El Dr. Rosero me habló de tres puntos clave que me han ayudado mucho, insisto no estoy diciendo que sea magia, pero ayuda. Lo primero es establecer máximos: el objetivo no es dejar de comer lo que nos ofrecen en determinadas circunstancias o hacer dietas extremas antes de vacaciones o de la temporada navideña, es saber que mantengo mis hábitos saludables y hago un acuerdo con las porciones de carbohidratos o dulce, así por ejemplo si decido comer un postre, no me como la porción completa solo media. También me recomendó que debo tener en cuenta los componentes del plato que me sirvan y comenzar a comer primero la proteína y después los carbohidratos, de este modo evito que los segundos se conviertan en grasa y además al comenzar con la proteína tiendo a dejar menos espacio para los carbohidratos.
Otra de las claves es buscar el equilibrio. Hay circunstancias, por ejemplo, en las que sabemos que vamos a comer mucho más de lo usual por alguna celebración. Por esto, es ideal hacer ejercicio durante el día y el siguiente. Según el doctor Rosero la actividad física es indispensable y debe seguir haciéndose, es esta la que nos ayuda a mantener el equilibrio entre lo que consumimos y el gasto calórico que tengamos. Esta rutina se puede acompañar siendo juiciosos con nuestras comidas de la mañana y del medio día, en caso de que vayamos a consumir una comida grande en la noche.
De las claves que me dio el doctor mi favorita es buscar ser feliz durante este proceso de pérdida de peso, para ello, es importante aspectos como no enfocarse en que no puede comer lo que le gusta, sino en que puede hacerlo sin excesos algunos días. Y algo que hasta ahora no había mencionado, dormir bien, casi me muero de la emoción cuando el doctor lo mencionó porque ¡amo dormir! “Ocho horas de sueño son esenciales, de esta manera el cuerpo descansa y al día siguiente no nos va a pedir más carbohidratos durante el día. Esta actividad tan básica ayuda a que seamos más felices” me dice el doctor Rosero.
Por otro lado, pensé en la época de navidad porque es claro que durante esta época la posibilidad de aumentar el consumo de carbohidratos y dulces aumenta; así que, ya entrados en gastos, aproveché para preguntarle al doctor ¡¿ay cómo controlar las ganas de un buñuelito?! Para el doctor Rosero, la meta de diciembre consiste en disfrutar y ser feliz en familia, a la vez, que se hacen compromisos para no perder lo que se ha avanzado durante el año. Y por supuesto, hay que consultar con nuestros médicos sobre cómo se continuará con el tratamiento durante las fiestas. Me puso el ejemplo de que muchos de nosotros esperamos 11 meses para comer ¡buñuelos y natilla! En ese caso la idea es que no me coma doce buñuelos por noche, elijo cuándo comerme un buñuelo y media porción normal de natilla.
A mí me encantó hablar con él porque me gustó la manera como me hizo ver que al excederme por mucho o por poco no estoy logrando asumir como hábitos de vida saludables el tener una alimentación adecuada, ni la actividad física. Se deben hacer acuerdos o poner límites para no generar detonantes como atracones de comida o falta de energía. Pero, sin duda, lo que más ha impactado en mi proceso es pensar en que no todo es prohibido porque me ha ayudado a bajar la ansiedad que me genera estar pensando en qué comer o que no, ahora hago el ejercicio de ponerme pequeñas metas al día y programo el día de ¡mis pequeños placeres!