Un micrófono instalado en el BMW del empresario Giorgio Sale grabó, en 2004, las primeras evidencias para demostrar que Salvatore Mancuso era un poderoso narcotraficante que alistaba un plan de retiro a Italia. Sin saber que las autoridades monitoreaban cada palabra, Giorgio y Celso Salazar, socios y testaferros de Mancuso, recorrieron Italia durante meses para hallar el mejor plan para que el comandante del bloque Catatumbo pasara unos años después del proceso de paz en Colombia. Escuche el audio que esta semana envío Salvatore Mancuso 

“Hay un sitio tranquilo donde puede tener una casa sin que nadie se entere, Giorgio ha comprado y construido varias casas en un complejo, nadie sabe nada, nadie se entera de dónde ha comprado. Aterriza acá en Italia, con su pasaporte italiano y después se sube al carro en este aeropuerto. ¿Y quién sabe dónde está?”, decía una de las reveladoras conversaciones.

Dejaron pisados negocios como la compra de un hotel en la Vía dei Fori Imperiali, uno de los corredores más emblemáticos de Roma, o de una empresa de vinos en Montalcino, una zona que produce una de las mejores variedades de tinto. Y estudiaron lotes de crías de búfalos para producir mozzarella. Viajaron a la Toscana para visitar lujosas mansiones y consiguieron ayuda de agentes inmobiliarios para ampliar el recorrido por otros rincones de Italia. La idea era adquirir suficientes propiedades como para obtener “el visto bueno” requerido en la legislación europea para también realizar inversiones inmobiliarias en el principado de Mónaco. Las autoridades italianas iban tras la pista de una presunta sociedad entre Mancuso y la Ndrangheta, la mafia calabresa del sur de Italia. En los audios, Salazar y Sale decían que al exjefe paramilitar no le interesaba formar parte de esa organización, aunque sí les vendió la droga con la que inundaron Italia y parte de Europa. “Se la venden, le entregan el dinero y hasta luego, gracias. Se la ponen al puerto fulano, en uno de estos puertos de Venezuela, de Brasil, se la ponen punto, no se entrometen”, comentaba Sale. La investigación duró años y sirvió de base a procesos de lavado de activos en Colombia y hasta de narcotráfico en Estados Unidos. Pero al parecer nunca se logró demostrar la sociedad con Ndrangheta. Por eso recientemente las autoridades italianas la archivaron, según aseguran los abogados de Mancuso.

No se sabe qué planes alcanzaron a ejecutar, pero sí queda claro en las grabaciones que Mancuso tenía un amplio capital para invertir. Los planes se retrasaron, pero ahora, sin deudas judiciales de por medio, podría terminar en un país que no extradita a sus connacionales. ¿Cómo uno de los hombres más importantes de las autodefensas está a punto de esquivar a la Justicia colombiana? Viacrucis judicial Salvatore Mancuso salió extraditado sorpresivamente rumbo a Estados Unidos en 2008. El avión partió con otros 13 jefes paramilitares, algunos de los cuales abandonaron casi por completo los procesos judiciales en Colombia con el argumento de que el Gobierno los había traicionado. Pero no el exjefe del bloque Catatumbo, quien siguió colaborando hasta ahora. Sus confesiones quedaron reflejadas en dos macrosentencias que lo responsabilizan de más de 2.300 víctimas de homicidio, desaparición forzada, desplazamiento y otros delitos. Como Mancuso tiene los beneficios de la Ley de Justicia y Paz, por este largo listado de crímenes debía pagar ocho años. Esta pena, a su vez, fue conmutada con el tiempo que pasó preso en Estados Unidos. Pagó la pena larga de 12 años en Estados Unidos. Salió en marzo de una cárcel de Atlanta y luego lo trasladaron a una celda de paso en Georgia, mientras un juez decidía en definitiva sobre su próximo destino: Italia, el país de origen de su familia, a donde él pidió que lo deportaran, pues tiene la nacionalidad; o Colombia, que activó una solicitud de extradición para que responda por varios asuntos pendientes.

Pero la solicitud de Colombia fracasó. Un juez de Estados Unidos la desestimó por dos razones. 1) Porque Colombia incluyó dos órdenes de captura por secuestros y homicidios cometidos por Mancuso mientras fue paramilitar. Estos casos aparecían a su vez en las macrosentencias de Justicia y Paz, así que resultaron acumulados y se vinieron abajo las órdenes de captura. 2) Colombia incluyó otras dos órdenes de captura internacional activadas por el Tribunal Superior de Barranquilla, donde enfrenta un proceso por más de 600 homicidios y miles de desplazamientos. No obstante, el juez estadounidense le restó fuerza a dicho requerimiento por tratarse de hechos en los que el exjefe paramilitar responde por línea de mando. Como negaron la extradición, el trámite quedó en manos de autoridades migratorias, que programaron el viaje de Mancuso a Italia para el 26 de agosto, según confirmaron a SEMANA fuentes del Departamento de Justicia. En Estados Unidos no logran entender cómo Colombia se quedó sin cartas para reclamar a uno de los criminales más curtidos de la guerra paramilitar. En cambio en el país, salvo el embajador Francisco Santos, que manifestó su preocupación en reuniones privadas, nadie pareció inquietarse con la noticia. Las autoridades colombianas comenzaron a moverse a raíz de una publicación de SEMANA que reveló que no quedó en la solicitud de extradición uno de los procesos más visibles contra Mancuso y contra su exesposa Martha Dereix por lavado de activos. La investigación pasaba de agache a pesar de que contiene graves evidencias del blanqueo de plata del bloque paramilitar por medio de las empresas de Enilce López, la Gata. Y lo más complicado, que esta operación ilegal habría ocurrido después de la desmovilización. De quedar eso demostrado, Mancuso saldría de cualquier beneficio de Justicia y Paz.

En medio de cuestionamientos, la Fiscalía dio señas de haber encontrado el caso de lavado de activos en manos de un juez de Cartagena. Por medio de un comunicado, el ente investigador señaló que ese despacho debe realizar la solicitud de extradición por intermedio del Ministerio de Justicia. No obstante, suspendió sus actuaciones en 2018 porque tuvo que enviar el caso a la Jurisdicción Especial para la Paz. Como se sabe, Mancuso pidió pista para someterse a esa nueva jurisdicción y lo rechazaron. Por esto, la JEP tuvo que emitir un comunicado para decirle al fiscal general, Francisco Barbosa, que nada impide que solicite la extradición de Mancuso. Aunque el paramilitar anunció una apelación –que aún no está en trámite–, este recurso se estudia con el efecto devolutivo. Esto quiere decir que mientras la JEP revisa, la decisión de rechazarlo tiene validez y no obstaculiza a la justicia ordinaria. En medio de la búsqueda de requerimientos judiciales de última hora, también el Tribunal Superior de Justicia y Paz revocó la libertad a prueba que le había concedido a Mancuso por sus dos macrosentencias hasta tanto se verifique el cumplimiento de los requisitos de resocialización. Así las cosas, ordenó reactivar las órdenes de captura con fines de extradición, con lo que el Gobierno de Colombia intentaría insistir ante Estados Unidos. Lo que dijo Iván Duque a SEMANA sobre la extradición de Mancuso

En medio de este enredo judicial, el presidente Iván Duque aseguró, en entrevista a SEMANA, que Mancuso tiene que venir a Colombia a responder por crímenes de lesa humanidad. “Si por algún motivo llegase a territorio italiano, más se demora él en pisar suelo italiano, que yo en presentarle a la Corte Penal Internacional una solicitud para que sea procesado por esos crímenes”, enfatizó. La declaración no quedó exenta de las críticas. El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, señaló: “En lugar de hacer anuncios espectaculares sobre su intención de llevar a Mancuso a la CPI, sería más útil que el presidente Duque priorice y se asegure de que su Gobierno haga esfuerzos urgentes, oportunos y eficaces para lograr su extradición a Colombia”. Vivanco calificó de “mediocre y negligente” el requerimiento activado por Colombia, que ignora los “cientos” de casos penales pendientes contra Mancuso.

El exjefe paramilitar hizo algunos aportes significativos en Justicia y Paz, pero le cuestionan por lo que no contó, a tal punto que aún tiene cartas con las que espera que lo admitan en la JEP. Políticos y altos mandos militares aún tiemblan con sus anuncios de decir la verdad. Desde su celda en Georgia señaló que sea cual fuere su destino –Colombia o Italia– se mantiene “inquebrantable” e “inamovible” en su voluntad de seguir colaborando con las víctimas. Pero parece poco probable que la JEP le abra las puertas y nadie puede garantizar que vuelva aparecer después de que consiga llegar a algún paraje desconocido de la bella Toscana.