Save the Children llegó a Colombia en 1985 durante la emergencia de Armero, y hoy continúa trabajando por la promoción y defensa de los derechos de la niñez en algunos de los municipios y departamentos en mayor situación de vulnerabilidad, afectados por fenómenos migratorios, desplazamiento, violencia, conflicto armado, empobrecimiento y desigualdad. La organización trabaja a través de proyectos de desarrollo en educación, salud y nutrición, agua y saneamiento básico, incidencia política, gobernanza de los derechos de la niñez, reducción de la pobreza, atención de emergencias, protección y participación de los niños, niñas y adolescentes. Para María Paula Martínez, directora ejecutiva de Save the Children Colombia, “nuestra prioridad es lograr que la niñez sea tenida en cuenta para nosotros como Estado y sociedad, que sus derechos sean promovidos, respetados y restaurados con la importancia y celeridad que ellos y ellas merecen. Para esto, trabajamos con diferentes actores, como el Estado, la sociedad civil (incluyendo niños, niñas y jóvenes, sus familias y comunidades), el sector privado, los organismos de Naciones Unidas y otros, para llegar a la niñez en mayor situación de vulnerabilidad en el país”. Actualmente esta organización tiene presencia en Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Bogotá, Tolima, Antioquia, Chocó, Boyacá, La Guajira, Norte de Santander (Catatumbo) y Arauca, contribuyendo para que más niños, niñas, adolescentes y jóvenes tengan acceso a sus derechos, sin importar su etnia, género, religión o nacionalidad. “Nuestro mandato es hacer lo que haga falta por salvar sus vidas”, comenta Martínez. Cada persona que trabaja para Save the Children tiene la convicción de que siempre es posible y necesario hacer más para lograr que los derechos de la infancia sean promovidos, protegidos, defendidos y garantizados, para que tengan la posibilidad de contar con mejores condiciones en el presente y en el futuro. Programación para el desarrollo La niñez afectada por el conflicto armado es uno de los principales intereses de la organización, pues este ha robado los primeros años de miles de niños y niñas que aún viven en medio del temor, la indiferencia social y la falta de protección. Como lo menciona el relato de José David, un adolescente de 17 años, afectado por el conflicto armado: “La primera vez que escuché los disparos, recuerdo que me asusté mucho, que no sabía qué hacer y mi mamá tuvo que halarme para que nos escondiéramos”. En Colombia más de 2.187.572 niños, niñas y adolescentes han sido reportados como víctimas del conflicto armado, más de 8.000 han sido reclutados o usados en el conflicto por los grupos armados sin ninguna acción de restablecimiento de sus derechos por parte del Estado. Save the Children trabaja incansablemente para que niños y niñas como José David puedan superar esas situaciones, para que sus derechos sean restablecidos y puedan disfrutar de su niñez. “Desde hace un par de años construyo paz en mi territorio con la Red Comunicativa de niños, niñas jóvenes y adolescentes de Guapi, que se ha formado gracias al entusiasmo de algunos niños y niñas de la comunidad y el apoyo de Save the Children. Desde mi rol, ayudo a que los niños y niñas se empoderen para que conozcan sus derechos y busquen herramientas para hacerlos valer”, concluye José David. De esta forma, Save the Children promueve la participación de la niñez y la juventud, al buscar que sus voces sean escuchadas por aquellos que toman decisiones y fortalezcan el ejercicio de su ciudadanía y su compromiso con la paz. “Save the Children trabaja para prevenir cualquier tipo de violencia contra niños y niñas, fortaleciendo espacios protectores para ellos y sus familias a través de nuestros enfoques comunes de trabajo en ‘Crianza sin violencia’, ‘Pasos para proteger’; además de nuestro compromiso con iniciativas como el ‘Proyecto de ley para la eliminación del castigo físico y humillante a la niñez’, que actualmente hace curso en la Cámara”, añade la directora. Ayuda humanitaria y emergencia “Me fui de Venezuela debido a la situación económica. Allá me dedicaba a estudiar y estaba intentando entrar a la Universidad, a psicología, pero quedé en embarazo -comenta Irimar, de 17 años, desde Maicao, La Guajira-. Cuando llegué a Colombia me hablaron de la clínica y conocí a Save the Children. Tenía seis meses de embarazo y ya di a luz. Ahora mi niña tiene mes y medio, nació prematura, pero el servicio que prestan acá es integral y sé que estaremos bien”. Desde junio de 2019, Irimar asiste a la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva de Save the Children en Maicao.“La respuesta humanitaria de Save the Children en Colombia incluye actividades en salud, protección, educación en emergencia, acceso a agua segura y lucha contra la xenofobia. Entre 2018 y lo corrido de 2019 hemos llegado a más de 125.000 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos”, comenta Martínez. Incidencia política El tercer eje de trabajo de Save the Children es la incidencia política para que la niñez esté protegida de cualquier tipo de violencia o vulneración de sus derechos; para ello, contribuye en el liderazgo de acciones que influyan en tomadores de decisiones, y que se den cambios sociales, culturales, legislativos y políticos en el país, que permitan la existencia de leyes, políticas públicas, planes, programas y presupuestos orientados al cumplimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Lo anterior, a través del trabajo con actores de la sociedad civil y la participación de la infancia, sus familias y sus comunidades. Para ello, adelanta su campaña a nivel global ‘Alto a la guerra contra la niñez’ –que busca que los diferentes actores identifiquen la importancia de proteger a la infancia frente a las afectaciones del conflicto armado–, la suscripción por el Estado Colombiano de la Declaración de Escuelas Seguras, la firma del Tercer Protocolo de la Convención y la implementación del Acuerdo de Paz, la Ley de Víctimas, el Protocolo de participación para niños y niñas víctimas, y la ley para la eliminación del castigo físico y humillante. “Son cien años inspirando avances en la forma en que el mundo percibe a la infancia para generar cambios inmediatos y duraderos en sus vidas y esperamos seguir haciéndolo hasta que sea necesario, preservando el legado de nuestra fundadora, Eglantyne Jebb”, concluye Martínez. Lea también: ¿Cómo mejorar las condiciones de la infancia en cada región del país?