Miles de empresarios en el país están contra la pared por las medidas de aislamiento social que los han obligado a cerrar sus negocios y dejar de recibir recursos por sus servicios, pero que han debido continuar pagando sus obligaciones con trabajadores o arrendatarios.
Salud Hernández-Mora visitó a los administradores de varios negocios que sufren esta dura realidad en tiempos de coronavirus para conocer cómo están afrontando estas dificultades. Un ejemplo es Cinema Paraíso, el único cine independiente en el barrio Usaquén, que debió cerrar sus puertas cuando se desató la pandemia en el país.
“El 12 de marzo estábamos cerrando sin previo aviso y sin muchas posibilidades de saber qué se podría hacer. Ya ha sido un mes largo, una situación muy compleja para la industria del cine; tuvimos que reflexionar para mitigar la situación”, dijo Federico Mejía, director de Cinema Paraiso. La empresa se ha reinventado y ahora ofrece en su página web un catálogo de películas para verlas online. Además, se tiene planeado revivir el autocine, que sería una alternativa mientras que exista el aislamiento social. “A través de nuestra página web tenemos una ventana que dice Cinema Paraiso en casa. Tenemos un catálogo disponible para rentar, por 8 horas, o comprar, para siempre. Tenemos la idea de hacer una alianza estratégica para hacer el ensayo del autocine, que es una salida transitoria que no reemplaza la experiencia real”, explicó Mejía. Otro de los negocios afectados es El Gato Dumas, una academia de gastronomía que también está cerrada y tiene 80 empleados, que según Carolina Parra, fundadora, siguen trabajando virtualmente. “Tenemos clases virtuales pero llegamos hasta un punto. En nuestro caso, si necesitan hacer un pollo, eso no es virtual eso se hace físicamente”, dijo Parra.
El tradicional restaurante Doña Elvira es otro negocio gastronómico afectado por la cuarentena, pues ha debido cerrar sus puertas en sus instalaciones. El restaurante de más de 86 años de tradición tenía ilustres visitantes como políticos y magistrados, pero se ha silenciado en el último mes. El restaurante sigue operando mediante domicilios con los que entregan entre 80 y 100 almuerzos diarios. La administradora Ema Carvajal explicó que con esto se ha pagado algo de la nómina, pero “ganancias no va a haber”. Los peluqueros también se han visto damnificados, como es el caso de Javier García, propietario de uno de estos locales. “Son personas cabezas de hogar. Y no son 9 o 10 personas las que se quedan sin trabajo, sino familias completas las que se ven afectadas", dijo el propietario del salón de belleza. Batuta, una fundación que enseña música clásica a niños sin recursos o afectados por la violencia, también debió cerrar sus 140 centros en todo el país. Por esto se han visto afectados más de 40.000 niños que van desde bebés hasta jóvenes de 18 años de edad. Ahora se atiende a la necesidad de educación mediante internet y radio para que los pequeños sigan su proceso de formación musical. “Hay niños que no pueden acceder a datos móviles y por eso empezamos el programa de radio, con emisoras comunitarias, la Radiodifusora Nacional y las de las Fuerzas Armadas”, dijo María Claudia Parias, directora de la fundación.
Pese a que poco a poco se ha reactivado la economía, hay sectores que volver a la normalidad todavía es un deseo lejano por lo que deberán seguir buscando alternativas para sobrevivir.