La semana pasada, cuando el último soldado americano se retiraba de Afganistán y el país quedaba sumido en el caos, el planeta parecía vivir un déjà vu. La guerra contra el terror emergía de nuevo, los enemigos de Occidente se jactaban de su triunfo, y al llamado mundo libre regresaba el miedo que se impuso desde el 11 de septiembre de 2001.
Más de 3.000 personas murieron ese día en un ataque terrorista que se vio minuto a minuto en la televisión. Cuatro aviones secuestrados, dos de ellos estrellados por atacantes suicidas contra las Torres Gemelas, uno de los emblemas de Manhattan. Otro, contra el Pentágono, y uno más, en una zona boscosa de Pensilvania. Muchas historias de dolor y de heroísmo. La guerra vino después y el cambio completo del tablero de ajedrez. Lea el artículo.