El ron, esa bebida destilada a base de caña de azúcar, fermentada de manera natural y que en cada trago conserva tradición, herencia y pasión, es el licor típico de la isla de Puerto Rico.
Con esta bebida, se preparan cientos de cócteles representativos de las islas caribeñas, como la piña colada, el coquito o el mojito de ron.
Esta melaza de caña recoge una gran historia puertorriqueña llena de un legado indio y africano. Además de ser recordada como la antigua moneda de cambio, utilizada para la compra de oro y de esclavos.
Hace 144 años, en la Hacienda Santa Ana, ubicada en la región de Bayamón nació “Ron del Barrilito”, una empresa de licores fundada por el ingeniero Pedro Fernández, quién cargaba un barril pequeño repleto de ron y se lo brindaba a cualquiera que llegara de visita a su casa. Con el tiempo, la pequeña casa se transformó en una fábrica productora y comercializadora de este licor, hoy un emblema nacional de este lugar del mundo.
En la mítica hacienda se dan recorridos para los turistas y locales, pensados para que vivan de cerca la experiencia del ron y vean cómo se logra su fabricación. En los tours también se pueden preparar diferentes cócteles y tener una auténtica clase de mixología.
El ron de gusto dulce y aroma variado se logra con un añejamiento de 3 a 35 años, en una barrica de roble blanco preparado con un método completamente artesanal cuidadosamente curado por nueve trabajadores, lo que hace del “Ron del Barrilito” un legado boricua, de la más alta calidad y reconocido a nivel mundial.