El deceso de la residente de cirugía, Catalina Gutiérrez Zuluaga, que realizaba su primer año de posgrado en la Universidad Javeriana, se dio luego de que presuntamente la médica no soportó el maltrato y las humillaciones de sus superiores.
Este acontecimiento golpeó a una de las carreras y oficios más importantes del país y ha desatado una ola de denuncias sistemáticas donde estudiantes y médicos mencionan que el abuso de poder y la sobrecarga laboral son habituales en la formación universitaria.
Las redes sociales han sido el canal donde muchos profesionales que pasaron por situaciones similares escriben cartas en las que denuncian que eran sometidos a humillaciones y turnos hasta 30 horas seguidas.
Dentro de las denuncias se encuentran casos de médicos castigados delante de sus compañeros sin justificación alguna, se les ponían tareas que no estaban relacionadas con sus estudios, lo que en algunos casos llevó a estudiantes a abandonar su especialidad.
Por otra parte, un estudio realizado por la Universidad Javiera en 2022, indica que el 48.% de los estudiantes de residencia en cirugía dicen sentirse acosados laboralmente y el 14.9% han experimentado el acosado sexual.
El Instituto Nacional de Salud (INS) lamentó “profundamente” el deceso y realizó “un enérgico llamado para que se ponga fin a hechos y conductas que puedan constituir cualquier tipo de acoso en la formación quirúrgica en Colombia”.
Frente a este panorama de acoso sistemático a médicos residentes y estudiantes, además del maltrato recurrente por parte de docentes y administrativos, son varios los entes y actores que le piden al Gobierno Nacional estructurar la Política de Talento Humano en Salud.