En Estados Unidos, la ola de robos ha llevado a muchas tiendas, incluyendo farmacias y minimercados, a tomar medidas de seguridad más drásticas, como la instalación de puertas de vidrio y candados en sus productos para evitar robos, incluso de artículos tan pequeños como desodorantes.

Este problema no se limita a Estados Unidos, ya que países europeos como Alemania y el Reino Unido también están experimentando situaciones similares.