Según el último informe de la FAO y la CEPAL, titulado “cómo evitar que la crisis del covid-19 se transforme en una crisis alimentaria”, evidencia un panorama complicado para algunos países de la región. La caída de los ingresos probablemente cambiará la dieta de los hogares. En esta circunstancia, se remplazarían alimentos más nutritivos como los lácteos, frutas, verduras, pescados y mariscos por unos alimentos de bajo costo con mayor contenido de grasas saturadas o azúcar. Esta situación agravará la desigualdad nutricional que venía teniendo la región en los últimos meses. Los hogares de bajos ingresos consumen más granos, panes y cereales y menos lácteos, carnes y huevos como si lo hacen los hogares de mayores ingresos. Así mismo, la recesión económica aumentara la pobreza, el hambre y otras formas de inseguridad alimentaria, especialmente en países que cuentan con redes de protección social muy débiles.
En América Latina y el Caribe, la CEPAL pronostica una retracción del PIB en un 5,3 % en 2020, produciendo una caída en picada en México con el -6,5 %, América del Sur con -5,2 % y el Caribe con un -2,5 %. Además, este informe agrega que si los efectos del covid-19 llevan a la pérdida de ingresos del 5 % de la población, la pobreza podría aumentar en un 3,5 %, mientras que la pobreza extrema aumentará 2,3 %, alcanzando al 13,5 % de la población de la región.
El Poder, dirigido por Ariel Ávila, habló en exclusiva con la exministra Cecilia López y Julio Berdegué, quien actualmente es subdirector general y representante Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de la Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO). En diálogo con Ariel Ávila, Julio Berdegué, mencionó que América Latina, “está a puertas de una situación, donde habrá un incremento significativo en los índices de hambre”, mencionando puntualmente el caso de Colombia donde “antes de la pandemia vivían 2,4 millones de personas en condiciones de hambre”. Según Berdegué, “la CEPAL, proyecta que la extrema pobreza en el país podría aumentar en 800 mil personas”, incrementando la inseguridad alimentaria; personas que dejan de comer uno o más días. Así mismo, el Representante le recomendó “a los gobiernos de América Latina, entregar a las familias en extrema pobreza un bono contra el hambre”, para poder contrarrestar las consecuencias del COVID-19 en la región.
Por otro lado, la economista y exministra Cecilia López indicó que “el Gobierno se demoró en entender que además de la pobreza teníamos una población vulnerable del 39 % y nunca llegó a ella”. La solución que varios economistas plantean se orienta en los empleos de emergencia que, según Cecilia López, “permiten dar ingresos y resuelve el problema de tener recursos para poder alimentarse”. Así mismo cree que “el gobierno nacional debe fortalecer el mercado de los campesinos”, “descentralizando lo centros de abastecimiento de comida, para que allá un mejor control de la pandemia”, favoreciendo la economía de los agricultores colombianos.