Desde hace varios días se vienen presentando platones de muchas trabajadoras y trabajadores sexuales. La situación es más que crítica. Muchas de ellas viven en paga diarios, que son habitaciones que les arriendan por día, deben pagar entre 20.000 y 50.00 pesos, si no pagan las botan a la calle sin sus pertenencias, debido a que con sus pocos bienes los dueños se cobran la deuda.
En medio de la crisis, una importante cantidad de esta población se ha concentrado en la zona del Santa Fé. Allí, igualmente, se vive desde hace varios meses una reconfiguración mafiosa del territorio: hace poco más de un año habría caído a la cárcel uno de los jefes que manejaba las redes de explotación sexual y “ollas”, con su caída, la zona entró en una reconfiguración. Las versiones indican que unas redes de extranjeros están disputando el territorio a los colombianos. Disputas por calles, por residencias de paga diarios se han visto desde hace 18 meses.
El Poder con Ariel Ávila recorrió las calles del Santa Fé. Se puede decir que trabajar en las calles no es fácil, nunca ha sido fácil, pero desde hace un año y medio se vive una verdadera tensión. La pandemia ha agudizado las tenciones, pues mucha población se concentró allí y la demanda por las habitaciones aumentó. Además, la baja en clientes bajó el precio de los servicios y la situación es de hambre. Muchas de las personas que son trabajadores sexuales, en algún momento cayeron en manos de redes de proxenetas. La mayoría de ellas llevan tremendas historias sobre sus espaldas. Pero al salir de esas redes, la vida se les complica y sufren estigmatización y discriminación, al final, deben continuar en ese mundo. Discriminación, hambre, miseria, hijos por alimentar y falta de oportunidades, esos son los relatos que más se escuchan.
En medio de esta situación y ante la falta de ayudas, La Red Comunitaria Trans ha logrado crear un sistema de ayuda a toda esta población. Recogen mercados, ayudas económicas, asistencia legal y acompañamiento. Pero la realidad las desborda. Tal vez, lo más dramático que vive con la población trans y las mujeres venezolanas, la violencia y discriminación que sufren son inmensas. Esa es la realidad que viven las trabajadoras sexuales.