Controversia política se generó en el país luego de que el pasado domingo el presidente Iván Duque no asistiera a una celebración ecuménica para honrar a los fallecidos durante las protestas registradas en la ciudad por la muerte del abogado Javier Ordóñez en medio de un procedimiento policial.

Algo que llamó la atención durante la ceremonia de perdón realizada en Bogotá, donde estuvieron presentes familiares de las víctimas, líderes religiosos y funcionarios del Distrito, fue una silla vacía con el nombre del presidente de la República. Aunque el jefe de Estado no estuvo presente, en representación del Gobierno nacional acudieron la consejera presidencial para los derechos humanos y asuntos internacionales, Nancy Patricia Gutiérrez, y el comisionado para la Paz, Miguel Ceballos.

En entrevista con Vicky Dávila en SEMANA, el presidente Iván Duque se refirió a este incidente en el acto de perdón y reconciliación liderado por la alcaldesa de Bogotá Claudia López y la foto que evidencia su ausencia, la cual le ha generado muchas críticas en las redes sociales.

Duque aseguró que “un funcionario de manera soterrada” puso el nombre suyo después de que ya había comenzado el evento. “Una imagen vale más que mil palabras”, agregó en respuesta a la polémica que generó un video que circuló después, en el que se ve a un trabajador poner un papel con el nombre del presidente en la silla vacía.

“Cuando me avisaron que iba a tener lugar, desafortunadamente yo dije que no podía asistir porque había tareas que uno tiene que ir cumpliendo, que tienen una programación con mucha antelación. Pero sabiendo la importancia del evento, le pedí al comisionado de Paz, al doctor Miguel Ceballos, y a la doctora Nancy Patricia, que asistieran”, explicó Duque.

En el programa El Debate, bajo la dirección de Vicky Dávila, María Andrea Nieto, exdirectora del Sena, opinó que la imagen de la silla vacía tras la ausencia del presidente Duque a la ceremonia no es más que un "show innecesario y politiquero''. “Es absurdo hacer un acto de reconciliación y perdón terminando en una pelotera. Cuando uno se va a perdonar y a reconciliarse, pues se concentra en el objeto del perdón y la reconciliación, y no en armar más confrontación”, agregó.

En El Debate, Nieto también indicó que era “necesario que se hiciera una ceremonia, se hicieran unos símbolos para acoger y recorrer a las víctimas. Pero aquí no había espacio para la politiquería, porque por generar tanta política, las víctimas quedaron en un segundo y tercer plano”.

Para Luis Eduardo Garzón, exalcalde de Bogotá, es una “embarrada lo que pasó con esa silla”, recalcando que el manejo que se le dio a ello no es protocolario, ni respetuoso. Sin embargo, señaló que hubo un irrespeto por parte del presidente Iván Duque por los desmanes que se han presentado en la ciudad y en el país. “Por el liderazgo, que lo asume Claudia López y no lo asume el presidente, porque delega gente que ni siquiera es del gabinete. Yo no quiero juzgar lo de la silla porque me parece de verdad una embarrada, es un absurdo, pero tampoco quiero mostrar un presidente con liderazgo propio”, dijo.

Además, el exalcalde de Bogotá agregó que el presidente Duque terminó haciéndoles un desplante a las víctimas, a la alcaldesa Claudia López, a la ciudad y al país, “diciendo que tenía tareas más importantes. ¿Qué es lo más importante en una coyuntura como esta?”.

Entre tanto, Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa, indicó que el evento de este domingo terminó siendo algo político en el que, según él, se buscaba el protagonismo central de una persona. “Mire, a mí me tocó muchas veces ir precisamente a acompañar muchas víctimas, madres, esposas, hijos de nuestros militares que eran asesinados, y de verdad si algo era importante, era que no hubiera protagonismo de personas. Que realmente en lo que uno estuviera fuera en un acto de humanidad, respeto y consideración, buscando además el perdón desde la óptica del Estado. Pero esto de tratar una sola persona de convertirse en protagonista para cobrar políticamente los hechos, donde además lo que le faltó fue liderazgo, donde no lideró a la fuerza pública, no protegió a la ciudadanía, no se paró al frente, pues me parece que es costoso”.

Por su parte, Julio César González, el caricaturista Matador, dijo que más allá de la silla vacía, lo que a él le llamaba la atención es que el presidente Iván Duque tenía tiempo de ir a “recibir unos respiradores, tiene tiempo de ir a ver cómo despega el primer vuelo después de la pandemia, reunirse con Maluma, pero para las víctimas, no tiene tiempo”.

Además, indicó que también le pareció “terrible” la imagen de la silla vacía por parte de la Policía Nacional, recalcando que no era posible que algún representante de esa institución no estuviera en el evento para pedirles perdón a las víctimas. “Lo de la silla puede ser una estrategia política como es, pero realmente esa silla vacía de Duque ha estado vacía desde 2018, desde que llegó, porque no hay presidente”.

A su turno, Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, manifestó que en un acto de reconciliación lo primero que debería primar es la verdad, y que no estaba bien, según él, utilizar el dolor de las víctimas para “organizar una puesta en escena, con fines de desprestigio político hacia otro; habla más mal del organizador, que de quien no fue”.

El exalcalde de Medellín también señaló que hubo un acto de “bajeza política” y que era innecesario hacer lo que se hizo en términos de desprestigio político hacia otros. “¿Cuál era la razón o justificación? ¿Reconocer a las víctimas o hacer quedar mal a otros? Me parece y además me preocupa mucho esa relación a futuro, porque hoy más que nunca tienen que estar articulados el Gobierno nacional y el gobierno de Bogotá, así como todos los gobiernos”, afirmó Gutiérrez.