En SEMANA en vivo se debatió sobre los retos que afronta el mundo de cara a la pandemia del coronavirus. Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de los Andes; Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN, y Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado de Colombia, hablaron sobre la situación que vive el país.
Gaviria dijo que las preocupaciones principales de los estudiantes eran la dificultad para encontrar trabajo y el cambio climático, pero que esto ha cambiado por una más coyuntural que es lo que puede pasar con la pandemia y cómo esto puede afectar las preocupaciones anteriores. El rector de los Andes también señaló que los jóvenes serán los responsables de encontrar una solución para estas dificultades: “Yo no quiero poner una carga encima de los jóvenes, pero ellos tendrán que resolver los problemas que se han revelado, las grandes desigualdades que son evidentes para todo el mundo. Además del cambio climático y la crisis ambiental”.
Por otra parte, Gaviria manifestó su preocupación por la posibilidad de que esta crisis afecte la democracia, teniendo en cuenta que países donde hay más autoritarismo han logrado controlar la pandemia de mejor manera. “Me imagino dentro de tres años haciendo interpretaciones de lo que sucedió y aprender de la heterogeneidad de las respuestas de los países y creo que va a haber discursos que van a decir autoritarismo benevolente asiático y vamos a tener un embate en contra de la democracia”, dijo el académico. “Ya lo estamos viendo en el mundo que hay quienes dicen que el sacrificio de las libertades individuales se justifica en medio de la pandemia. Yo creo que la defensa de la democracia, a pesar de la incapacidad para lidiar con algunos de estos problemas, sigue siendo importante”, puntualizó. El exministro de Salud también dijo que en Colombia se vive un momento de crisis institucional, que es peligrosa para la democracia. “Yo creo que es un debate que ya se está dando en Colombia, al menos de tener la postura de que cuando se va a restringir la libertad, la libertad de la carga de la prueba se pierde. Es un debate sobre el presente. Los pesos y contrapesos institucionales tienen que funcionar. El Congreso no se puede cerrar. Las alcaldadas no son buenas. El virus no se combate a bolillazos. Los abusos policiales que se están dando en todo el mundo no son buenos”, señaló. “Yo no creo que vaya a cambiar la estructura democrática de Colombia. Pero en esta semana vi cómo después de la Primera Guerra Mundial y la fiebre española en América Latina vino una década de deterioro sustancial de la democracia”, alertó. “No me gusta que el Congreso no funcione, no me gusta que no exista control político, no me gustan las atribuciones de algunos alcaldes que dicen toque de queda para todo. Creo que debemos defender la democracia y estar alerta. Si la historia algo nos enseña es que con niveles de deterioro social muy grandes como el que puede haber, las democracias sufren y los oportunistas pueden aparecer”, agregó.
Para Gaviria también resulta peligroso que las tensiones entre los países por la pandemia terminen echando al traste los pasos que ha dado adelante el mundo en términos de reducir la desigualdad. “Es muy difícil saber qué va a pasar. Me preocupan dos temas, el desafío climático que es un problema colectivo de escala global que necesita de gobernanza global. Creo que con la tensión entre Estados Unidos y China se puede olvidar la agenda global, que era la que estaba promocionando la ONU, que era desarrollo sostenible. Esa tensión geopolítica puede que haga olvidar ese desafío que tenemos al frente”. Además, el rector dijo que se puede dar una posible disputa por las vacunas teniendo en cuenta que países como Estados Unidos y el Reino Unido ya han expresado que su prioridad es vacunar a sus ciudadanos en caso de que logren desarrollar la vacuna primero. “Una de las conclusiones que podría sacar de lo que ha ocurrido es que hay ciertos esfuerzos colectivos globales, por ejemplo los científicos interactúan en las fronteras, pero los países no. Hace un mes teníamos una rapiña por los ventiladores y la rapiña por la vacuna puede ser parecida, pero dudo que pueda aparecer en el corto plazo”, dijo. “La oposición que hubo esta semana por parte de Estados Unidos y el Reino Unido para que exista una vacuna disponible para todo el mundo. O sea esos países diciendo: yo voy primero. Eso no nos permite ver el futuro con optimismo”, agregó al respecto. El exministro de Salud recordó el episodio sucedido esta semana en la Asamblea Nacional de la Salud en la que en vez de haber unión para resolver los problemas, China y Estados Unidos aprovecharon este momento para enfrentarse con respecto a la pandemia y las responsabilidades de cada uno.
“Esta semana fue la Asamblea Nacional de la Salud y hubo una carta firmada por Trump que básicamente está quitándole legitimidad a ese ámbito multilateral. Se convirtió en un campo para el enfrentamiento de EE. UU. y China. ¿Si no nos unimos en este momento, cuándo nos vamos a unir?”. Entre tanto, Gaviria dice que el país que gane la carrera por la vacuna va a tener predominancia en la geopolítica: “La vacuna será como la llegada a la Luna que nos tocó a nuestra generación. Va a ser una carrera que va a tener implicaciones geopolíticas y el país que lo logre va a tener grandes réditos”. Gaviria llamó la atención sobre los cambios que deberían producirse en Colombia, que ya existían antes de la pandemia, pero que ahora se han acentuado. “Esto debería llevarnos a un cambio en el contrato social. Hay tres temas sobre la mesa: el primero es la necesidad de un sistema impositivo más progresivo, el segundo es la necesidad de un sistema de protección social para caídas súbitas y sustanciales de empleos de mucha gente, llámese una renta básica o ingreso mínimo, y que vaya más allá de la población vulnerable. Esa población que está en la mitad, que no tiene empleo formal ni son pobres, ha quedado totalmente desprotegida. El tercer tema es que no hay un sistema de protección a la vejez, el sistema pensional tiene una cobertura ínfima, casi pensar para un estado moderno de 25 al 30 por ciento a lo sumo. Si tuviéramos estos ajustes, ganaríamos mucho”. Finalmente, el exministro alertó sobre la posibilidad de que esta crisis deje siete millones de colombianos más en la pobreza y que el Gobierno debió haber sido más agresivo a la hora de entregar ayudas a los ciudadanos. “Si la economía llega a caer 5, 6 o 7 por ciento, como puede caer, y el aumento de la pobreza sube entre 10 y 15 puntos porcentuales, significa siete millones de colombianos entrando a la pobreza. Eso no da espera, eso requiere una política social más agresiva. El Gobierno está haciendo un esfuerzo con los programas sociales que se hicieron, pero creo que el país ha sido tímido para afrontar esto porque las consecuencias sociales puede ser devastadoras y por eso creo que hay que responder con más agresividad. Eso también implica cómo vamos a asumir lo que viene porque el tema de ir relajando las medidas de cuarentena es un debate en todos los países sin poner en riesgo a las personas más vulnerables. No creo que nos podamos quedar encerrados”, señaló.
“Las consecuencias sociales pueden llevar a 7 millones de personas a la pobreza y eso sería devastador, incluso para la democracia”, concluyó.