El Gobierno anunció unas nuevas actividades productivas que se reactivarán gradualmente a partir del 11 de mayo, entre las que se encuentran la fabricación de productos electrónicos, vehículos, muebles, así como algunos sectores del comercio al por mayor y al por menor de vehículos, muebles y enseres domésticos, maquinaria y productos para mascotas. La gran pregunta es qué tan acertadas son estas medidas en medio de la pandemia y la crisis económica que ha desencadenado.
Según explicó en SEMANA en Vivo Mauricio Cabrera, economista, docente y filósofo, el Gobierno va por buen rumbo, pero a paso muy lento y tardío. “El Gobierno en medio de esta incertidumbre está dando los pasos en la dirección que toca, pero a mi modo de ver muy tarde y muy lento; me explico: la reactivación de la economía se está dando por el lado de la oferta”, aseguró Cabrera.
El quid del asunto, según el experto, está en que no se necesita que las empresas tengan que producir para volver a tener ingresos, considera que es una premisa “equivocada”. En cambio,las empresas necesitan volver a vender para tener ingresos; es decir, que el enfoque debe estar en reactivar la demanda.
Sandra Forero, presidenta de Camacol, aseguró en SEMANA en Vivo que si bien hay algunas medidas que se debieron tomar con anterioridad, lo importante es empezar a tomarlas. Aseguró que el Consejo Gremial logró un acuerdo sobre una propuesta de “todos ponen”, la cual consiste en que el Gobierno inyecte los recursos y después el empresariado le retorna al Gobierno, de una forma que todavía está por acordarse, para proteger la nómina y darles liquidez a los empresarios. Aseguran que quiere proteger al 100 por ciento de los trabajadores que ganan un salario mínimo.
“Con las medidas que anunció el presidente hoy se corrigió un poco esto en la medida en que se van abriendo unos canales de ventas y de comercio, pero la demanda está absolutamente deprimida. Todos conocemos casos de empresas que, incluso, estuvieron autorizadas para operar desde el 23 de marzo (nunca les prohibieron operar) y voluntariamente cerraron líneas de producción porque no tenían compradores”, aseguró Cabrera.
Este es un problema latente en el sector del calzado; por ejemplo, en Bucaramanga (reconocida por esta producción) se sienten en el limbo, no es rentable ni viable volver a abrir las fábricas sin que exista demanda, es decir, almacenes y grandes superficies que vendan zapatos. Según Asoinducal, hay 700.000 pares de zapatos represados en las bodegas que no alcanzaron a despachar las empresas antes de la cuarentena. Además, muchas empresas del sector no tienen materia prima para reiniciar labores. Cabrera también se refirió a este punto. “El otro problema de algunas industrias es de materia prima. Con la dependencia alta que hay de materias primas importadas, muchas tenían inventarios y los están usando, pero en un mes se les van a acabar y con la interrupción que ha habido en la cadena de suministro mundial se van a demorar”, explicó. Vea el programa completo de SEMANA en Vivo