Guillermo Henrique Gómez París, presidente de Acodrés nacional, informó que se han presentado 3.800 cierres definitivos de restaurantes durante la pandemia en establecimientos formales. Sus dueños han manifestado no volver a abrir, pues se han quebrado porque la economía se paralizó. El 76 por ciento de la industria está cerrada desde el primer día. Además, se han perdido cerca de 27 mil empleos en la parte formal, sin contar el trabajo de los domiciliarios.

En Bogotá se había acordado el programa denominado "Cielos Abiertos", que se aplicaría del 6 al 9 de agosto en 10 localidades. El compromiso pactado con la Alcaldía de Bogotá, la Secretaría de Desarrollo Económico y el Instituto Distrital de Turismo (IDT) hablaba de la reactivación de cafeterías, gastrobares y restaurantes que se daría en espacios abiertos. Pero la evolución de la pandemia parece poner en duda esos planes piloto. En SEMANA Noticias, el presidente de Acodrés nacional habló de la reunión sostenida con la alcaldesa Claudia López el pasado viernes y los cambios de ese día a hoy: "Habíamos acordado que ni los domicilios ni las compras para llevar han sido causantes de la pandemia. Nos permitieron entonces seguir con estas medidas e incluso que nuestros trabajadores regresaran a casa sin importar donde vivieran. Ayer nos dijeron que a las 8 p. m. si los negocios no cerraban, nos sancionaban. Cuando se supone que las medidas restrictivas y sectorizadas no nos cobijan".Según Guillermo Henrique Gómez, las contradicciones en los acuerdos se deben a la mala interpretación de los decretos: "No logramos ver la falta de entendimiento porque el decreto es muy claro. Somos parte de las extensiones. No entendemos por qué interpretan mal el decreto, sobre todo porque hemos sufrido un golpe económico por no atender en la mesa. Con los domicilios a duras penas pagamos nóminas".El programa de Bogotá "Cielos Abiertos" podría reprogramarse por segunda vez. Cabe recordar que inicialmente se había planeado del 18 al 20 de julio. Gómez pide a la alcaldesa de Bogotá que cuando se implemente no lo hagan por días, sino de manera definitiva: "No tenemos fecha oficial, pero entendemos que debemos esperar hasta cuando el piloto nos permita abrir definitivamente. No nos sirve un piloto para abrir por dos o tres días. Debe estar enfocado en demostar que no somos un foco de contagio. Cuanto más se aplace, más negocios corren el riesgo de cerrarse: ni empresas vivas ni empleos activos, y será más dolorosa la recuperación económica". Los sectores donde se llevaría a cabo dicho plan son: Chapinero, Santa Fe, La Candelaria, Usaquén, Puente Aranda, Tunjuelito, Teusaquillo, Kennedy, Barrios Unidos y el Park Way.Según Acodrés, se calcula que para finales de junio el cierre de restaurantes habría llegado a 36.000. Gómez asegura que es un sector en cuidados intensivos y recuerda que aporta 3 puntos al Producto Interno Bruto del país: "No deberíamos tener limitación para operar en el aislamiento. No entramos en las horas de las 8 p. m. a las 5 a. m. poque ni en compra para llevar ni en domicilios hemos propagado el virus. Nosotros generamos empleo. La recomendación que se hace es que cada restaurante tenga el decreto, ya que el articulo 13 - numeral F explica que somos un sector escencial. El mensaje también es para los vecinos: no hay que llamar a la Policía por ver estos lugares abiertos".Otra cifra alarmante es la de la pérdida de empleos formales que se proyecta para el próximo mes: más 200.000 empleos perdidos. El presidente de Acodrés pidió a las autoridades ser más estrictos con los restaurantes informales: "No vemos el control en establecimientos informales que sirven a la mesa. Incluso policías asistiendo a estos lugares; ahí sí se propaga el virus. La informalidad sigue rampante sin control alguno. La ley no es para todos".