Una nueva señal de lo que puede pasar al final de la cuarentena –prevista para el 13 de abril– dio el presidente Iván Duque al anunciar que en Colombia no se implementará un aislamiento general obligatorio muy prolongado, pero además fue claro al advertir que ese tipo de medidas puede generar repercusiones y afectar sectores como el económico. En el ejercicio que lideró en la Casa de Nariño este domingo en donde respondió varias inquietudes de la ciudadanía por redes sociales, el presidente aclaró que la “cuarentena inteligente” tiene que ver con la permanencia de políticas para evitar la propagación del coronavirus en el país.
Explicó que medidas como el distanciamiento social es uno de los pilares de la “cuarentena inteligente”, sumado a restricciones en lugares de gran afluencia de personas como bares, discotecas y conciertos, entre otros. Asimismo, el jefe de Estado abrió la puerta para que Colombia, viendo espejos como el de Corea del Sur, permita reactivar sectores como el laboral, pero con medidas especiales de bioseguridad, y por ello recordó que el aspecto de salud debe ir de la mano del productivo. Puso de presente “ que nosotros como sociedad tengamos claro una cosa muy importante: que los países pensando en su desarrollo social, pueden ir con protocolos de salud y de bioseguridad, retomando vida laboral o retomando vida productiva, pero teniendo muy claro que nuestros comportamientos y vida social no van a volver a ser como eran hace un mes o dos meses”. El mandatario habló de la necesidad de consolidar con un trabajo de todo el equipo de gobierno un balance sobre las medidas que se han implementado para disminuir los impactos de la pandemia del coronavirus. “Tenemos que buscar un balance, no hay un dilema entre desarollo social y salud; si no hay salud, no hay desarrollo social, pero si el desarrollo social se deteriora también trae una gran afectación a la salud, y es en ese escenario que debemos evaluar todas las medidas”, recalcó.
Finalmente dijo que el Gobierno nacional ha recibido llamadas de laboratorios nacionales y de varios países del mundo, que se han comprometido a traer más de 600.000 pruebas para detectar el coronavirus.