Parece inminente la llegada a Colombia en los próximos días de Rodrigo Tovar Pupo, conocido con el alias de “Jorge 40”. El ex jefe paramilitar fue extraditado hace más de una década a los Estados Unidos para pagar condena allí por narcotráfico. “Jorge 40” estuvo recluido durante 12 años en una prisión de Pensylvania, desde donde será trasladado el próximo 21 de septiembre de 2020 a una prisión migratoria en el estado de Louisiana, para iniciar desde allí su proceso de deportación a Colombia. A su llegada, tendrá que enfrentarse a nuevos cargos penales. La polémica se cierne ahora sobre su hijo, Jorge Tovar, quien trabaja actualmente como coordinador del grupo de política pública para víctimas del Ministerio del Interior, las mismas que ahora exigen su salida del cargo, puesto que - como lo explica el representante a la Cámara David Racero, del movimiento Decentes - su presencia como hijo del ex cabecilla de las autodefensas es una afrenta a la memoria de sus muertos. “No es que se quiera que el hijo de “Jorge 40” no pueda trabajar, nadie está pidiendo eso; nadie está llegando al simplismo de decir que él es responsable de los crímenes de su padre. La discusión real es si el debería trabajar en una oficina de víctimas, por lo cual creemos que sería bueno que el señor Duque lo traslade, lo ponga en otro lado porque es claro que las víctimas de la violencia no lo quieren ahí”, expresó Racero en entrevista con SEMANA NOTICIAS.
Una posición diferente es la que ha adoptado el congresista Gabriel Vallejo, del Centro Democrático, quien considera que una eventual salida de Jorge Tovar de su cargo sería una grave muestra de discriminación, puesto que el hijo de “Jorge 40” no es victimario y no participó en el conflicto armado colombiano. “No tiene que renunciar, ya que en Colombia no existen los delitos de Sangre. Este muchacho está ejerciendo su derecho al trabajo y eso no está limitado a temas del conflicto. Lo curioso es que se indignan con esos nombramientos pero no se molestan cuando los mayores criminales de Colombia (FARC) están sentados en el Congreso sin pagar un solo día de cárcel”, denunció en la entrevista. Para david Racero, no se trata de discriminación sino de un eventual conflicto de intereses. “Él (Jorge Tovar) está en una posición en la que podría entrar en contradicción en la toma de decisiones y el acompañamiento a las acciones que tienen que ver con las víctimas de la violencia. Jorge ha dicho públicamente que su padre es un perseguido político y en su posición como coordinador tiene que trabajar para ayudar a quienes fueron afectados por Jorge 40. Va a ser muy contradictorio”. El argumento fue rebatido por Vallejo: “No podemos sacarlo de su cargo o vetarlo para trabajar en el estado colombiano sin que él haya incurrido en alguna contradicción. No podemos juzgarlo a priori”. Ambos congresistas coincidieron en que ahora Rodrigo Tovar hijo tendrá que cargar en su vida profesional con el nombre y la reputación de su padre, lo cual se convertirá en una pesada cruz, la cual se hará más pesada con la presencia del paramilitar en Colombia.