La Comisión Feminista y de Asuntos de Género del departamento de Antropología de la Universidad Nacional presentó un informe sobre violencia sexual en esa institución, que reúne múltiples testimonios de presuntas víctimas de tres docentes.
Según quienes redactaron el reporte, durante años ese centro educativo ha sido negligente frente a esta clase de denuncias, pues ha dicho que no existen quejas formales y ha ignorado “los muchos intentos de varias generaciones de estudiantes por conseguir ayuda y protección, como lo documentan los testimonios aquí recogidos”. Asimismo, dejan claro que estas denuncias no son anónimas, porque los y las redactoras del informe hablaron con cada una de las personas que denunciaron a los profesores que aparecen, con nombre propio, en el documento. Por otro lado, dice el texto que los docentes acusados llevan décadas trabajando de planta en la Universidad Nacional y que “cuentan con un amplio reconocimiento y prestigio por sus calidades académicas y profesionales”. No obstante, “Lo que preocupa son las presuntas prácticas de abuso de poder que, según los testimonios, han llevado a cabo con algunas de sus estudiantes de diversas generaciones”. Los testimonios señalan que, por ejemplo, uno de los profesores suele contratar estudiantes mujeres para que sean sus asistentes de investigación y para después intentar “besarlas a la fuerza, las toca sin su consentimiento, las cela por sus relaciones con otros varones hasta que, por fin, les manifiesta verbalmente que está interesado en sostener una relación sexoafectiva con ellas”. Es por esa razón que algunas de las presuntas víctimas podrían sentirse comprometidas e incómodas por rechazar a una persona para la que trabajan. Otro de los acusados, denuncian, presuntamente ha ejercido violencia psicológica con sus estudiantes durante años. Asimismo, suele invitar a las estudiantes para que acudan sin compañía a su oficina e incluso, el profesor habría tocado sin consentimiento las manos, cintura, la cara y los hombros de varias de las presuntas víctimas .
Ese mismo profesor es acusado, en el informe, de utilizar las calificaciones como castigo “a quienes se le resistían”, y señala que, de hecho, una de las supuestas víctimas repitió la materia en varias oportunidades por esa razón. El tercero de los docentes que hoy está bajo la lupa de la Universidad Nacional, debido al informe, cuenta con gran reconocimiento entre la comunidad estudiantil por las salidas de campo y proyectos de investigación que promueve: “Según los relatos, es precisamente en estos escenarios en los que él hace los acercamientos sexuales no consentidos con las estudiantes. Es común que en estas salidas haya consumo de alcohol, incluso promovido e incentivado por el mismo docente, que resultan un buen escenario para realizar tocamientos y acercamientos sexuales no consentidos”. Todo lo anterior habría acarreado consecuencias para las víctimas, como por ejemplo el sentir desconfianza, inseguridad y miedo en sus relaciones con otras personas de la universidad. Sumado a eso, como estos actos suelen convertirse en “chisme de pasillo”, más de una de las personas que denunció fue víctima de burlas y suspicacias. Además, “las mujeres expresaron en sus testimonios que tuvieron que dejar de lado las líneas de estudio de su interés”, lo que significa que esto también tuvo impacto en su vida académica.
Como detalla este texto, dichas conductas no habrían sido cometidas únicamente por esos tres profesores, pero sí es sobre quienes llegaron la gran mayoría de las denuncias y por eso el documento se centra en ellos. El documento sobre violencia sexual fue enviado y presentado a las directivas que, hasta el momento, solo emitieron un comunicado anunciando que lo tienen en su poder y que informaron sobre el mismo a las autoridades disciplinarias de la universidad. Por el momento, la rectora Dolly Montoya no hará ningún pronunciamiento adicional.