Carlos Sabogal, propietario del restaurante La Puerta Falsa, el cual ya completó dos siglos deleitando a los capitalinos con su gastronomía típica santafereña, sabe que el paso a lo digital hará historia en su negocio y todo por cuenta de la covid -19.
Cuando empezó la crisis económica que trajo la pandemia, los restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas. El cierre de La Puerta Falsa fue uno de los hechos que más conmovió a los colombianos, debido a que todo parecía indicar que podría ser el final de un negocio que desde hace 204 años ofrece buenos platos a sus clientes y es una fuente de empleo. La sede principal de la Universidad del Rosario, ubicada en el centro de Bogotá, es vecina de este restaurante y precisamente un grupo de docentes y estudiantes tuvieron la iniciativa de buscar soluciones para no dejar que La Puerta Falsa cerrara definitivamente. Así que adelantaron una campaña llamada “Ideatón UR X La Puerta Falsa”, una lluvia de ideas en busca de la mejor opción para que se mantuviera vigente.
De esta campaña nació el proyecto con Domicilios.com y ahora el tamal, el chocolate, el agua de panela, los quesos, las almojábanas, los dulces típicos y, por supuesto, el ajiaco, llegarán directamente a la casa de sus clientes, solicitándolo a través de las plataformas digitales. “Para nosotros es algo nuevo esto, la gente siempre ha venido al local para vivir una experiencia especial, por eso no lo habíamos visto viable, pero ahora va a arrancar un nuevo proyecto”, dijo Juan Francisco Sabogal, hijo de los propietarios del restaurante, en diálogo con SEMANA Noticias.
Este negocio, que nació en 1816, promete que el producto seguirá siendo el mismo. Sandra Chacón, decana de la Escuela de Administración de la Universiada Nacional indicó que de las más de 49 ideas que llegaron para sacar adelante este proyecto, escogieron 9. Y uno de los puntos en los que más se esmeraron fue en el empaque para lograr la conservación de los alimentos. Sabogal cuenta que sintió mucha nostalgia cuando pensó que todo podía acabar, pues es un restaurante que nació con la tatarabuela del hoy propietario. “Muchas personas vienen acá porque le tienen cariño y eso lo hace a uno pensar cómo llegarles a ellos; por eso vamos a ponerle todo el corazón”, dijo.
Hay que recordar que el nombre de este restaurante se lo pusieron los mismos clientes, cuando decían —para georreferenciar— “nos vemos al frente de la puerta falsa”, refiriéndose a las paredes laterales de la catedral, vecina del restaurante. Ahora, con su resurgir, asegura que los productos no subirán de precio. Estos los precios de algunos de ellos: La puerta falsa ha pasado por momentos muy difíciles. Fueron testigos de los movimientos independentistas de 1800. Más adelante, el restaurante fue testigo de la revuelta del 9 de abril, cuando casi todo quedó destruido, salvo este local y la Casa del Florero. También presenciaron la toma del Palacio de Justicia, el incendio del local y en las protestas han tenido que cerrar cuando se presentan desmanes o enfrentamientos con el Esmad. Ahora, la crisis del coronavirus los vuelve a poner a prueba. Combo de chocolate, almojábana y queso: $8.000 Tamal: $8.500 Ajiaco: $26.000 Almojábana $2.500 Porción de queso $2.500 El hijo del propietario señaló que el punto de atención está abierto, solo que nadie se puede sentar a comer allí.