Los autores de esta iniciativa legislativa (heredera de una larga tradición de proyectos con el mismo objetivo que han terminado hundidos) son los senadores Alexánder López (Polo Democrático), Angélica Lozano (Alianza Verde) y Gustavo Bolívar (Colombia Humana). Fue este último quien explicó los pormenores de la propuesta en entrevista con SEMANA Noticias. “Dentro del proyecto de ley que le está dando marco jurídico a la virtualidad, nosotros pasamos una proposición en la Comisión Primera (…) y como el resultado de la votación fue de 8 contra 8, no se pudo aprobar. Justamente de ahí salió un proyecto de ley aparte, que exclusivamente habla de que cuando el Congreso de la República no esté sesionando presencialmente, los congresistas no tengamos derecho a los gastos de representación, que es una cosa que se sale de toda lógica”, relató el senador de Colombia Humana.
Aunque por tradición los proyectos de ley que buscan la reducción salarial en el Congreso tienen poca acogida, Bolívar aseguró que el escrito radicado tiene una base legal sólida, que permitirá superar las posibles inhabilidades que se planteen en plenaria o comisiones: “Empiezan a alegar algunas leguleyadas como que si legislan en causa propia van a prevaricar; por el contrario, si se trata de bajarse el salario, no se están beneficiando y así no hay conflicto de intereses”. Su argumento está amparado en que no se toca el sueldo base de los parlamentarios. Al estar cumpliendo con la cuarentena nacional, sesionando desde sus casas en sus respectivas regiones, los congresistas no necesitarían de dicho dinero para sostenerse o trasladarse a Bogotá. “Según la ley, los gastos de representación no constituyen parte del salario, así que no hay argumento que impida su suspensión mientras dura la pandemia; lo más decente es devolver este dinero". ¿Qué son los gastos de representación? En el Código Sustantivo del Trabajo (CST) se establece que son aquellos gastos extras en los cuales debe incurrir un trabajador (en este caso un senador o representante a la Cámara) para el cabal cumplimiento de sus funciones. Un ejemplo claro es el traslado a una ciudad diferente a la de residencia o la movilización en la misma. “Es como cuando un senador de la costa (Caribe) viene a sesionar a Bogotá; tiene que conseguir un hotel para quedarse o un apartamento donde vivir mientras tanto –así lo hace la mayoría en el Congreso– y debe pagar arriendo, servicios, internet, comida, y estos gastos están estipulados hoy en 14 millones 73 mil pesos”, explicó el senador en la entrevista. Este proyecto de ley (de carácter ordinario) fue radicado en la relatoría del Senado de la República y tendrá que pasar por 4 debates en el Congreso para ser aprobado: dos en la Comisión Primera (uno en cada corporación) y dos más en las plenarias. Si llega a superar las discusiones del Legistativo, tendrá que ser revisado, firmado y sancionado por el presidente de la República para convertirse en ley de Colombia. Actualmente cursan otras dos iniciativas con un espíritu de austeridad similar: la proposición dentro del proyecto de ley de marco jurídico a la virtualidad y un proyecto radicado por el mismo Gustavo Bolívar en 2019, el cual busca que el salario de los congresistas sea discriminado por cada sesión; así las cosas, el senador o representante a la Cámara que no acuda a debatir, no podrá cobrar dicha jornada.