La pandemia de la covid-19 ha creado un escenario de inestabilidad y desconcierto entre universidades y estudiantes en Colombia. Desde ya, expertos económicos y académicos consideran que para el segundo semestre de 2020 la deserción estudiantil llegará a niveles nunca antes vistos. A pesar de este panorama, solo algunas instituciones educativas han publicado descuentos en sus matriculas, las cuales varían entre el 3 y el 5%. La mayoría ha guardado silencio y sus tarifas siguen inamovibles, idénticas a las publicadas en sus páginas oficiales desde enero del presente año. A diferencia de estas, en las últimas horas, la Esap, que es estatal, anunció una reducción del 50% en el segundo semestre. Para el senador del partido de la U, Armando Benedetti, la política de no atender la realidad es absurda e ingenua, ya que “los rectores tienen que entrar en modo solidaridad, porque ahora nadie tiene plata para pagar esas carreras tan caras”. “Si a usted le dicen que pague 15 millones de pesos por recibir clases por Zoom, ¿lo haría? Yo creo que no, y nadie lo va a hacer”, opinó en la entrevista con Diego Bonilla en Semana Noticias. El congresista acompaña la iniciativa #BajenLasMatriculasYA, impulsada por el médico Rawdy Reales Rois, de 29 años, quien asegura que es imposible poder pagar lo que se pide actualmente por estudiar en una universidad. “Hay universidades (en Colombia) que cobran matrículas semestrales de 10, 12 millones de pesos; en Bogotá, universidades como los Andes o El Rosario pueden cobrar matrículas que superan los 25 millones de pesos semestrales, para carreras como medicina”, reveló. Aunque el movimiento estudiantil busca la intervención del Ministerio de Educación para regular los costos de matrícula de todas las instituciones que brindan formación superior, la legislación vigente lo hace difícil, según Benedetti. “Las universidades gozan de algo llamado la autonomía universitaria. Por tanto el Gobierno –-por más pandemia que estemos viviendo-– no tiene cómo interferir o regular los precios que le pongan las universidades a sus carreras”.
La educación ha sido uno de los principales sectores que ha visto un cambio significativo. Los programas académicos que estaban contemplados para que se desarrollaran en un espacio presencial han tenido que adaptarse a un espacio digital y ponen a prueba la capacidad tecnológica y de innovación del país. Sin embargo, si bien el tema de adaptación es un reto muy grande, existe la preocupación por la evidente falta de ingresos que millones de colombianos han dejado de recibir durante la cuarentena.