El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, otrora comandante de las AUC, será deportado a Italia tras cumplir su pena en una prisión de Estados Unidos, esto pese a que Colombia le solicitó al país norteamericano la extradición del narcotraficante, quien tiene asuntos pendientes con la justicia colombiana por cerca de 75.000 crímenes. En su fallo, el juez aceptó los argumentos de la defensa de Mancuso, el abogado Jaime Alberto Paredes, quien pidió que su cliente fuese deportado hacia territorio europeo, medida que se deberá cumplir como máximo el 4 de septiembre.
Al ser una decisión judicial, la medida es definitiva y Colombia queda maniatada para traer de vuelta a Mancuso. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Justicia, la Fiscalía y la Cancillería le dijeron a este medio que la audiencia sigue en marcha en Estados Unidos y al final de la diligencia buscarán mecanismos judiciales para intentar frenar la deportación. Esto a fin de que Estados Unidos acate y acepte el pedido de extradición de Colombia, elevado de manera infructuosa a autoridades de ese país en tres oportunidades, la última el pasado jueves 20 de agosto. Uno de los argumentos que usó la defensa de Mancuso para lograr su deportación a Italia es que el exparamilitar tiene doble nacionalidad, tanto colombiana como italiana. Además, la defensa alegó que Colombia falló en varias oportunidades en solicitar de manera adecuada la extradición y que, a pesar de que el propio presidente Duque anunció públicamente que haría la solicitud, se habría demorado o lo hizo de manera indebida.
Ante esto, Mancuso argumentó que se le irrespetaron sus derechos como ciudadano desde el pasado mes de marzo, fecha desde la que, aparentemente, tenía libertad de elegir a qué país ser deportado. En efecto, el pasado 27 de marzo cumplió su condena en Estados Unidos y, según las leyes de ese país, podía pasar hasta 90 días en un centro de inmigración mientras se resolvía su situación.