Sin duda la aparición del coronavirus hará cambiar muchas cosas en el país por cuenta del uso de las tecnologías y el denominado teletrabajo ya que se está demostrando que las funciones pueden cumplirse sin estar en el lugar habitual en donde se adelantan las labores. Y aunque el país todavía está en medio de la pandemia y se están tomando medidas para atacar de frente al virus, ya hay debates sobre el funcionamiento del Congreso en el futuro. Por ejemplo, este miércoles se radicó un proyecto de acto legislativo que buscar reducir el número de integrantes que tiene el Capitolio Nacional con la finalidad de que ese dinero ahorrado se use para reactivar la economía.
Actualmente el Senado tiene 108 integrantes y la Cámara 172 representantes, pero con el proyecto de reforma constitucional se buscará bajar esas cifras a 51 senadores y 106 representantes. "Colombia vive la emergencia más grande la humanidad y por eso hay que tomar decisiones; este acto legislativo bajará a la mitad el número de congresistas y sería un ahorro de $316.400 millones de pesos anuales”, dijo el congresista Óscar Villamizar del Centro Democrático.
El argumento de fondo es que en medio de la cuarentena quedó demostrado que el Congreso debe tener una agilidad que no se pudo tener por el gran número de integrantes y que, lo más importante, es ahorrar dinero para que se reactive la economía cuando pase la pandemia. Villamizar explicó que la representación de los departamentos se mantendrá y que todos tendrán curules, pero que sencillamente habrá una reducción y allí habrá mayor compromiso para quien llegue al Legislativo a representar los intereses de sus regiones.
“Por ejemplo en el caso de Bogotá hay actualmente 19 representantes a la Cámara. De ese número, con la modificación, vamos a tener dos curules fijas por la circunscripción territorial y siete más por cada millón de habitantes lo que significaría que la capital del país tendría solo nueve congresistas”. Según ese ejercicio explicado por el congresista, si se aprueba el acto legislativo, la composición del Congreso quedaría de la siguiente manera: El Senado tendría 47 congresistas que se elegirían por circunscripción nacional, 1 más por la circunscripción indígena, 2 curules para el partido Farc y una más para el candidato presidencial que quede de segundo en dicha elección. En la Cámara, 66 curules serían por circunscripción territorial, 33 más elegidas por cada millón de habitantes que tenga cada región, tres para el Partido Farc, una curul para el representante de los colombianos en el exterior, otra más para la representación indígena, otro número igual para la representación afro y una más para la fórmula vicepresidencial que quede en segundo lugar en dicha elección. Los 32 departamentos del país continuarían con representación política, pero Antioquia, Valle, Atlántico, Magdalena y otras regiones tendrían menos congresistas, aunque para Villamizar esto no generaría problema alguno porque sencillamente los elegidos tendrían que trabajar más por los habitantes.
Semana Noticias consultó al senador Álvaro Uribe, y manifestó que está totalmente de acuerdo con la reducción del Congreso para acabar con la burocracia y eliminar gastos innecesarios que genera el legislativo, aunque aclaró que la fórmula para mantener la representación podría ser revisada y acordada con las otras fuerzas políticas del país. Justamente, no es la primera vez que se intenta hacer esta reducción del Congreso, ya que en 2003, vía referendo, Uribe propuso consultar a los colombianos si estaban de acuerdo, pero no se lograron los votos suficientes aunque millones votaron por el sí. Por ahora no se han conocido voces de rechazo a esta propuesta, pero sin duda el debate podría complicarse ya que los congresistas podrían declararse impedidos acudiendo a la fórmula de que no se puede legislar en causa propia. Iniciativas como la reducción del salario nunca ha podido avanzar justamente por la avalancha de impedimentos, pero la coyuntura del país podría generar esa presión social y lograr el avance de la iniciativa que necesita la aprobación en ocho debates para la reducción de integrantes del Congreso.