En diálogo con Semana Noticias, la representante a la Cámara Katherine Miranda dio detalles de la decisión de una tutela que salió a su favor, la cual ordena al Ministerio de Defensa revelar la información completa sobre los perfilamientos que se habrían hecho desde el Ejército a diferentes sectores del país. Miranda aseguró que se vio en la necesidad de elevar esa tutela, a raíz de la negativa que obtuvo del Ministerio de Defensa a varios derechos de petición que radicó en esa cartera para que fuera entregada dicha información de seguimientos y chuzadas.
“Se había elevado un derecho de petición al Ministerio de Defensa, para que entregara la información detallada y completa sobre los perfilamientos, pero esa información no fue entregada, por lo que radiqué una tutela y la cual salió favorable para que se conozca esa información”, sostuvo Miranda. Y agregó la congresista: “Se deben entregar todas las respuestas sobre las listas de los nombres de las personas que fueron perfiladas; sobre si tenía esa información, el país debe conocer la verdad de la actuación del Ejército”.
Recordó que cuando la revista SEMANA reveló el escándalo de perfilamientos, se habló en su momento de 200 personas que habrían sido objeto de esa práctica desde el Ejército, pero señaló que podrían ser más los afectados. “Lo que queremos es que se conozca la verdad sobre la revelación de la revista SEMANA, se hablaba de más de 200 personas que fueron víctimas de perfilamientos, se está buscando conocer qué tipo de información se tenían de esas personas y qué se hizo con esa información”, puntualizó.
Y fue más allá la representante a la Cámara Katherine Miranda: “Es muy grave que el Estado colombiano esté haciendo ese tipo de perfilamientos, pues es una práctica que pone en riesgo la seguridad y la misma integridad de los ciudadanos, y es que se conozca qué está pasando al interior del Ejército, y que se conozca la lista completa”. Los perfilamientos hacen énfasis en una investigación de SEMANA que reveló las pruebas de cómo el Ejército ejecutó un programa de seguimiento informático, en el que la mayoría de sus blancos fueron periodistas, varios de ellos estadounidenses, políticos, generales, oenegés y sindicalistas, entre más de 130 víctimas.