El director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), Juan Daniel Oviedo, profundizó en los capítulos más importantes de su vida durante una entrevista íntima con Vicky en Semana. Uno de los eventos que más recuerda, que sucedió cuando era tan solo un niño, fue el detonante para que recibiera numerosos apodos cuando estaba en el colegio.

Hay un detalle que contribuyó en gran medida a la popularidad de Juan Daniel Oviedo: su forma de hablar y expresarse. A raíz de esta característica, el funcionario ha sido imitado en numerosos programas de humor en radio y televisión. Sin embargo, en el pasado, los términos fueron menos amistosos. El bullying fue un enemigo con el que tuvo que lidiar.

“Desde pequeño, yo tuve un problema con el desarrollo de mi voz porque siempre estuve continuamente respirando por la boca y eso llevó a que mi voz fuera más aguda de lo normal”, comentó Oviedo. Adicionalmente, recordó un accidente que marcó su niñez y el cual calificó como “trágico”.

“(...) Un tarro de leche en polvo que fue convertido, por error, en una cesta de basura en mi cuarto de juegos. Precisamente, jugando ahí, me caí encima de ese tarro de leche y tuve una herida muy fuerte que se ha disminuido con la edad, pero en ese momento era supremamente visible”, relató el director del Dane sobre aquel accidente que lo dejó con 72 puntos internos y externos.

A partir de ese momento, contó que “quedó marcado” y los eventos de bullying en su colegio no se hicieron esperar, por lo que empezó a recibir apodos como “scarface, cara cortada, voz de niña”, entre otros. “(...) Una cantidad de temas que son dolorosos, pero que, poco a poco, vale la pena asumir y reconocer que forjaron en algo lo que somos en este momento”.

Ya para su época universitaria, el apodo que comenzó a recibir fue el de “gomelo”, sin embargo, Oviedo destacó que dicho apodo se afianzó cuando asumió la dirección del Dane. “Después de mi primera rueda de prensa, todo el mundo dijo: ‘¿quién es ese señor gomelo que está dando cifras y hablando de economía y pobreza en el país?”.

El bullying marcó su vida

Para Juan Daniel Oviedo, el bullying que recibió en el colegio fue determinante, pues influyó bastante en el rumbo que dio a su vida.

“Frente a esa presión social del bullying en el colegio, y con la pérdida de mi abuelo ―mi mamá y abuelo son mis referentes de familia, junto con mis hermanos―, me hizo sentir muy solo. Mi mamá, siempre muy preocupada y pendiente de que yo estuviera bien. Eso me llevó a decir: ‘bueno, si estoy solo y en el colegio no me va bien siendo sociable o teniendo amigos, pues me voy a dedicar a estudiar’”, narró el hoy director del Dane.

En virtud de dicha decisión, Oviedo se propuso una meta clara: ser el mejor estudiante para no causarle problemas a su mamá. Además, aspiraba a una beca que ofrecía su colegio en ese momento. En resumen, el funcionario aseveró que refugiarse en el estudio fue su manera de aislarse un poco del ataque social que vivía en el colegio.

“Mi mamá me decía: ‘por favor, deja de hacer tareas’”

A la presión con la que Juan Daniel Oviedo tenía que enfrentarse durante su etapa escolar se sumaba otro reto que consistía en cómo ser fuerte y no involucrar a su familia. “Yo soy un tesoro para mi mamá, entonces, que mi mamá pudiera darse cuenta de que yo estaba siendo víctima de bullying en el colegio me causaba mucha angustia, y por eso siempre me escondí en ese imaginario del mejor estudiante, el que solo estudia, el que no quiere salir”, expresó

De hecho, recordó que su misma madre le decía que dejara de hacer tareas y tratara de salir para hacer otras cosas. “No, yo quiero seguir en la casa estudiando, trabajando y preparándome para que me vaya bien”, era la respuesta que daba Juan Daniel Oviedo.

Enfocado en sus estudios, durante un tiempo, Oviedo sintió curiosidad por la medicina, sin embargo, una anécdota se encargó de cambiar dicha intención. Finalmente, fue otro campo del conocimiento el que lo atrajo.

“Mi mamá tuvo un accidente en la ducha, estábamos solos ella y yo. Ella me llamó y vi que toda la parte de la ducha estaba llena de sangre. Se rompió un poco la cabeza, yo casi me desmayo. Ahí dije: ‘mejor no, mejor busquemos otro tipo de área de conocimiento’. Ahí fue donde la orientación profesional me ayudó a encontrar las ciencias sociales y la economía”, comentó Oviedo.