La finca La Veranera, en el departamento de Risaralda y propiedad de la familia de Juan Guillermo Monsalve, específicamente de la esposa y de la madre del testigo estrella de la Corte Suprema de Justicia, es un apetecido remanso de la naturaleza.
De 20 hectáreas y 6.000 metros cuadrados, este predio está ubicado en una zona conocida como Apia. En sus tierras hay una mina de manganeso, un mineral de color blanco plateado, brillante, duro que se usa, por ejemplo, para prevenir que el acero se oxide. También se usa en la fabricación de nutrientes, para fortalecer el páncreas o los riñones, entre otros componentes del cuerpo humano.
De acuerdo con Salud Hernández-Mora, quien a su vez citó a personas en la región, esa tierra también tiene la facultad, por cuenta de sus elementos, de darle un sabor especial al café. Casi una mina de oro que el café sepa de forma especial en pleno Eje Cafetero. Según las pesquisas adelantadas, si alguien llega a encontrar la boca del manganeso, su valor se multiplicará de manera significativa.
Según Hernández-Mora, compradores de fincas cafeteras presumen que la familia de Juan Guillermo Monsalve no conoce del potencial de la tierra sobre la que están, en donde la hectárea podría costar muchísimo más que el precio que el padre, Óscar Monsalve pide por esta: 460 millones.
Este hecho, por ejemplo, hace más llamativo que el predio haya sido adquirido por 54 millones de pesos, 27 millones de pesos que pagó Deyanira Gómez, la esposa de Juan Guillermo Monsalve y los otros 27 millones de pesos que pagó Luz Marina Pineda de Monsalve, la madre de Monsalve.
El padre de Monsalve le dijo a Salud Hernández-Mora que de estas 20 hectaréras, apenas tres son trabajadas por él. En la zona habitada, se ven extensos pasillos blancos y puertas y ventanales en madera que dejan ver una inversión sobre el lugar. La periodista aseguró que Óscar Monsalve tiene más aspecto de capataz que de dueño y luce como un campesino inocente, humilde y cansado.
Sobre la finca, la justicia aún no ha investigado. El 22 de febrero de 2018 llegó la denuncia del senador Iván Cepeda, a través de su abogado Reynaldo Villalba, a la Corte Suprema de Justicia contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez por supuesta manipulación de testigos. Un día después tomó la declaración la magistrada Sandra Yepes en la cárcel La Picota, en Bogotá, a Juan Guillermo Monsalve, y después, el 25 de abril de 2018, Deyanira Gómez habló de la misma ante la misma magistrada Sandra Yepes. Ese año, cuando el testimonio de este hombre se vuelve clave ante ese Alto Tribunal, la familia Monsalve adquiere esta finca.
“Ellos (sus suegros, los padres de Juan Guillermo Monsalve) se desplazaron a una parte rural, a una finca que es mía. Los dos señores, Luz Marina (Luz Marina Pineda de Monsalve) y Óscar (Óscar Monsalve) se encuentran en esta finca, en un municipio cerca a Pereira. Ellos viven en la finca, que es mía. Y el señor pues hace labores de campo en esa finca y mi suegra vive con él ahí. Ellos se desplazaron porque tuvimos la forma de que estuvieran ahí, darles garantía de vivienda y que tuvieran el trabajo porque antes, cuando vivían el el otro municipio, el papá de Juan hacía actividades agrícolas y trabajaba con el carbón. Buscando estabilidad, que no tuvieran que pagar arriendo, que no tuvieran que desplazarse, que tuvieran un hogar que lo sintieran como de ellos, fue que ahora viven en la finca que es de mi propiedad”, señaló Deyanira Gómez a la Corte Suprema de Justicia cuando fue a rendir su testimonio. La mujer aseguró que la finca era solo de ella, pero que allí vivían sus suegros. Las escrituras muestran otra cosa.