El tema de los cultivos ilícitos en Colombia es una de las variables por las que el país sigue siendo mencionado. Esto porque las cifras de esta práctica no cesan y, al contrario, cada vez su amento es más prominente.

Así lo da a conocer un nuevo informe del Ministerio de Justicia al que SEMANA tuvo acceso y en el que se revela que Colombia tuvo un aumento histórico del 43 % de cultivos ilícitos en 2021, según la Oficina de las Naciones Unidas (ONU).

Por esta razón, debaten al respecto en Vicky en Semana, Rafael Nieto, exviceministro del Interior, y Guillermo Rivera, exministro del Interior.

Guillermo Rivera comenzó diciendo que este informe da muestra de que hay un “fracaso universal”, el cual debe seguir siendo enfrentado, tanto en materia de cultivos psicoactivos como en la demanda de los consumidores. Por esta razón el experto consideró que debe haber un cambio en la política colombiana.

Por su parte, Rafael Nieto no comparte la idea del exministro del Interior. De acuerdo con sus declaraciones, la guerra contra las drogas no fracasó, pues en el primer informe de la ONU hubo declive de la producción de cocaína y “no se puede afirmar que lo que se estaba haciendo en materia de la lucha contra el narcotráfico, estaba fracasando. Al contario, para 2013 Colombia ya no era el primero productor de coca y cocaína en el mundo”.

Sumado a esto, el exviceministro del Interior argumentó que la razón por la que se frenó la curva de descenso en 2014, fue cuando se produjo la firma de las Farc con el expresidente Juan Manuel Santos; “desde entonces, ahí sí, los narcocultivos de producción de cocaína en el país se dispararon”.

Para el abogado, lo que se llamó como el nuevo enfoque o paradigma “es lo que fracasó estruendosamente”. Sin embargo, no hay una disposición para reconocerlo en Colombia y ese es el talón de Aquiles que hace que no haya un enfrentamiento en contra del narcotráfico.

“Antes teníamos menos coca y producción de cocaína. Lo que tenemos que reconocer es que lo que se pactó no sirve y hay que corregirlo”, agregó Nieto.

Desde la mirada de Rivera, su colega solo está viendo una variable del problema. No obstante, sostuvo la idea de que una consecuencia por la que los narcotraficantes buscan la materia prima psicoactiva es por el aumento de consumo, y esa sería la gran tragedia por la que se presenta el más reciente aumento compartido en el informe.

Ha habido un costo enorme “con aspersión de glifosato, erradicación forzosa, ausencia del Estado y se presenta el famoso ‘efecto globo’ a nivel regional y nacional”, indicó.

Así que en esta parte el político añadió que lo que ha venido sucediendo es que cuando hay una presión por los costos mencionados, es que los cultivos se desplazan a otros países u otros lugares en el país. Por lo tanto, “eso no quiere decir que la política contra las drogas haya sido un éxito universal y este es un asunto que por más esfuerzo que haga Colombia, en la medida que exista consumo, continua”.

En cuanto a la crítica de la firma de paz que hizo Nieto, el exministro del Interior consideró que no se puede hablar a fondo de algo que no se implementó.

Para continuar, el viceministro Nieto preguntó que si el problema es de demanda, por qué hay países cercanos, por ejemplo, a los Estados Unidos que no cubren la tasa de consumo o por qué no ha crecido la producción de cultivos ilícitos en Perú, Bolivia, Paraguay y otros territorios.

Según el abogado, la cuestión es por qué se dan estas cifras en Colombia, y señaló que es algo que nadie quiere responder. “Ocurre en Colombia porque se están dando un conjunto de factores: grupos armados e incentivos perversos pactados entre las Farc y el gobierno de Santos”, precisó.

Entonces, el único reclamo que planteó Nieto para expresidente Iván Duque es que no hizo un cambio de lo que quedó mal planteado.

Al haber una erradicación de cultivo de coca voluntaria, más no forzada, existe la certeza de que pasarán meses e incluso años para llegar acuerdos de remplazo. Asimismo, el profesional en derecho criticó que al campesino que siembra papa o plátano el Estado no le da nada, pero al que siembre coca sí. En efecto, esta sería la razón por la que muchos han migrado a la práctica ilícita.

De este modo, el político argumentó que no se trata de una demanda global, pues no hay ninguna posibilidad de que haya legalización de la cocaína en el mercado internacional.

Así mismo, otro meollo del asunto es la violencia que se adhiere de manera directa al narcotráfico; en las zonas rurales por los grupos armados ilegales y en las urbanas por los microtaficantes.

La denominada ‘paz total’

Continuar con el negocio del narcotráfico es un serio problema para la paz total que plantea el gobierno del presidente Gustavo Petro.

En ese sentido, Guillermo Rivera dijo en Vicky en Semana que solo está de acuerdo con Nieto sobre su aporte de la relación de la violencia con el narcotráfico. Entonces, para alcanzar la paz total hay que acabar con las mafias y “hay que cambiar el enfoque de la política de lucha contra las drogas”.

De igual forma, Rivera comentó que “la taza de resiembra de cultivo ilícito es mucho menor cuando se trata de procesos voluntarios, en comparación con procesos de radiación forzosa (...) Para acabar con las mafias es absolutamente necesario implementar el acuerdo de paz para que exista presencia institucional en los territorios afectados por el conflicto, provisión de bienes y servicios”, argumentó.

Al gobierno del expresidente Iván Duque no haber implementado la paz territorial, el abogado dijo que “aparecieron varios grupos, los cuales ocuparon los territorios abandonados por las Farc”. Cabe señalar que tampoco hubo desmovilización por parte de las disidencias.

De manera conjunta, Rafael Nieto, exviceministro del Interior, salió en defensa del expresidente Duque, puesto que el acuerdo se firmó en la administración de Santos y “desde 2014 empezó la curva de ascenso rapidísimo en narcocultivos”. Por otro lado, refirió que en la administración de Duque comenzó a bajar el tamaño de los narcocultivos.

Sumado a esto, explicó que Iván Márquez y Jesús Santrich nunca se desvincularon del negocio y firmaron estando allí. “Hay que recordar que las disidencias de las Farc nunca firman el acuerdo”, aclaró.

Una de las cuestiones que se generan en el debate es por qué en territorios como el Eje Cafetero no hay presencia de cultivos ilícitos. Mientras que Rivera detalló que esto es porque hay presencia del Estado, Nieto estimó que es porque estos lugares no son zonas de tránsito, es decir, “los narcocultivos hoy en el país están situados en zonas de frontera y, por tanto, zonas de salida”.

En adición, siguió detallando que la gente no está dispuesta a aceptar la erradicación voluntaria.

¿Se puede hablar de algún responsable?

Rafael Nieto manifestó en Vicky en Semana que este incremento de cifras de cultivos ilícitos es responsabilidad de los grupos armados violentos. También“hay una responsabilidad clara del gobierno de Santos y Duque al no generar un debate, y de aquellos que le echan la culpa simplemente a la demanda externa”.

Por su parte, Guillermo Rivera prosiguió y dijo que el informe de la ONU corresponde también al gobierno de Iván Duque y el hecho de no haber implementado el acuerdo de paz “claramente está poniendo de presente que ha incrementado la coca”, consideró.

“Los campesinos no iban a firmar un acuerdo con un gobierno que solamente hablaba de la necesidad de volver a la erradicación forzosa (...) La razón por la cual no hay cultivo en el Eje Cafetero es porque hay una economía organizada”, añadió.

Como contraargumento, el exviceministro Nieto especificó que él ha sido un crítico del gobierno saliente porque continuó haciendo lo mismo que Santos, pero “no es verdad señalar que porque no se implementó el acuerdo se dispararon los narcocultivos (...) efectivamente hay un relacionamiento directo con la implementación del pacto y el crecimiento de la producción de cocaína”. Para terminar, el abogado dijo que en 2020 hubo billones de pesos para la erradicación voluntaria.

El tema da para seguir hablando, muchos más después del reciente informe que dice que el 62 % de estos cultivos ilícitos se concentran en Nariño, Norte de Santander y Putumayo. En Vicky en Semana seguirá abordándose esta situación.