La extradición de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, exjefe del Clan del Golfo, ha sido un tema de debate, contradicciones, amores y odios en Colombia. Hasta el momento, la salida del extraditable hacia Estados Unidos se encuentra frenada por cuenta del Consejo de Estado, acusando la necesidad de diligenciar una tutela expuesta por víctimas del Bloque Centauros, de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y del Clan del Golfo.
Por su parte, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) solicitó este 2 de mayo que se investigue a la lista de ministros, alcaldes, congresistas y gobernadores que el mismo Otoniel citó, asegurando que tienen relación directa con sus actos delictivos.
Vicky en Semana invitó a Gabriel Vallejo, representante a la Cámara del Centro Democrático, y a Holman Morris, exconcejal de la Colombia Humana, para que pudieran hablar sobre este tema, teniendo en cuenta que ejercen su vida política desde panoramas diametralmente opuestos en Colombia y pueden ejemplificar las opiniones de los extremos en el país.
“La verdad en Colombia se hizo carrera para que a través de jugadas judiciales este tipo de acciones se entorpezcan (…). Otoniel debe ser extraditado cuanto antes, pero garantizando que este delincuente diga la verdad”, explicó Vallejo, asegurando que las declaraciones del preso deben ser tomadas con “pinzas” para que no aproveche su condición para hablar injustamente de otras personas.
Por su parte, Morris comparte lo dicho por el representante Vallejo. Sin embargo, asegura que esa verdad “debe decirse con Otoniel en Colombia”.
“No se debe extraditar la verdad”, recalcó el exconcejal de la capital colombiana.
Asimismo, recordó lo que según él ocurrió con varios de las cabecillas de los paramilitares “que fueron extraditados y la verdad nunca se conoció en Colombia”.
Por su parte, Vallejo asegura que los defensores de la no extradición deberían tener un solo rasero para medir la verdad, pues para él, los contrarios al gobierno de Iván Duque creen que “el paramilitarismo es el único problema del país”.
“Ojalá esos que defienden la no extradición pelearán por la verdad tanto de los paramilitares como de los guerrilleros de las Farc”, añadió el representante a la Cámara.
Defendiéndose del ataque de Vallejo, Morris aseguró que, al menos por su parte, no tiene doble moral para defender la verdad, pero sí apoya al máximo que los paramilitares digan la verdad, ya que, según él, es muy poca la que se conoce de parte de estos grupos violentos.
“Los hermanos Castaño (de la AUC) murieron en el más profundo misterio” y no se conoció nada de esa verdad, mientras que con las Farc sí se ha podido conocer esa realidad de la guerra gracias a la JEP, añadió Morris.
“Sí hay doble moral. Yo fui testigo de la presencia de Santrich en la Cámara y pude decirle que él no tenía que estar ahí porque todos sabían que él era un narcotraficante”, respondió Vallejo, recordando, según él, que Iván Cepeda y Piedad Córdoba eran algunos de los defensores del fallecido guerrillero.
Sin embargo, el momento más álgido del debate se dio cuando Morris aseguró que la mayoría de integrantes de la lista que dio Otoniel a la JEP son parte del Centro Democrático, una situación que no le gustó para nada a Vallejo.
“No generalices, Hollman. Tú eres periodista y eso no te queda bien”, dijo el congresista, asegurando que Morris no puede satanizar la derecha política en Colombia, porque así como para el progresismo es ofensivo decir que todos están metidos con las Farc, la izquierda tampoco puede involucrar al Centro Democrático (uribismo) con el paramilitarismo del país.
Finalmente, ambos personajes concluyeron, nuevamente, que la verdad es necesaria conocerla, pero mientras que Vallejo cree que dejar a Otoniel en el país es peligroso para que tal vez se escape, para Morris, el miedo es, precisamente, que la verdad se cambie con el extraditable en Estados Unidos.