Más de 10 policías resultaron heridos en medio de los hechos de vandalismo que protagonizaron este miércoles 19 de octubre, indígenas embera en pleno centro de Bogotá. En redes sociales circulan videos de los brutales ataques que padecieron algunos uniformados, entre estos a una mujer en la estación de TransMilenio, Museo de Oro, a quien debieron socorrer para evitar hechos qué lamentar.
En Vicky en Semana, el intendente Fabio Nelson Hernández Vargas, uno de los uniformados que resultó herido tras haber sido atacado a palo y piedras por los indígenas, luego de que fuera derribado de una moto junto a otro policía, narró los momentos de terror que vivió junto a su compañero.
Desde el Hospital de la Policía donde se recupera, el uniformado Hernández contó que aún está muy adolorido por los palazos que recibió de parte de los nativos. Dijo que, por fortuna, no les lograron quitar los cascos, o de lo contrario lo hubieran matado junto a su compañero.
De acuerdo con el uniformado, en el momento en que fueron derribados de la moto se dirigían a ayudar a un superior que, al parecer, había sido retenido por los nativos.
“Se me vinieron todos los indígenas a golpearnos con palos, varillas y piedras y yo lo que hice fue retroceder para protegerme la espalda. Quedé contra la pared y me rompieron la visera del casco. Luego intentaron despojarme, decían, ‘quítele el armamento’, pero nosotros no cargamos armamento en manifestaciones”, contó el policía que hace parte del grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Metropolitana de Bogotá.
Luego que los indígenas se percataran de que Hernández no contaba armamento, lo que procedieron a hacer fue a quitarle el radio de comunicaciones que llevaba, mientras lo seguían golpeando. Al ver que no lograban quitarle los cascos a ambos uniformados que estaban doblegados en el piso, los nativos intentaban chuzarles la cara con palos a través de las viseras de los cascos que estaban rotas.
“Entonces lo que yo hice fue aferrarme a mi casco y con el brazo protegerme la cara. Luego la comunidad me protegió y me hizo un cerco de protección y me llevó hacia un bar que había como a una cuadra”, agregó en Vicky en Semana, el uniformado.
Así mismo, contó que no satisfechos con los golpes, los indígenas activaron un extintor en su cara, quedando en ese momento totalmente sin vista, mientras pedía que ayudaran a su compañero que también estaba herido.
“Yo lo único que decía era, ‘ayuden a mi compañero’, mientras que me estaba halando y resguardando la misma comunidad. La reacción de defensa que tuvo mi compañero fue hacerse el muerto; él se quedó totalmente inmóvil y trató de aguantar. Dijo ‘si yo me volteó, me van a matar’, y se aferró también a su casco para que no se lo pudieran quitar”, aseveró Hernández.
Posteriormente, ya puesto a salvo, al compañero de Hernández lo llevaron en una ambulancia a un centro hospitalario.
Entre tanto, el patrullero Hernández, luego de que llegara el Esmad a rodear el lugar donde estaba refugiado, se subió a una moto y se fue hasta el CAI de San Victorino.
“De la adrenalina a mí no me dolía nada, yo no sentía nada, yo lo único que pensaba era en mi compañero que estuviera bien. Ya cuando lo llamé, me contestó y me dijo que iba para el hospital; luego ya quedé más tranquilo y posteriormente empecé a sentir dolores por los múltiples golpes en la espalda, en los brazos. Fue muy violenta la agresión contra nosotros (...) Lo que a nosotros nos protegió mucho fue la camisa balística; eso nos salvó de que no nos hubieran dañado, tener problemas en la columna”, destacó en Vicky en Semana.