El 18 de diciembre de 2015, una jueza especializada de Bogotá condenó a 27 años y 4 meses de prisión a Marilú Ramírez Baquero, exguerrillera de las Farc hallada responsable del atentado con carro bomba contra las instalaciones de la Escuela Superior de Guerra, en el norte de Bogotá.
La decisión del juzgado indicaba en ese momento que la Fiscalía demostró que el atentado sí fue perpetrado por las Farc y Ramírez Baquero facilitó el ingreso del carro bomba a las instalaciones de la Escuela Superior de Guerra. Durante el proceso, la Fiscalía aseguró que la sentenciada también era conocida como Lulú en el grupo subversivo e incurrió en los delitos de terrorismo, tentativa de homicidio agravado y lesiones personales agravadas en hechos ocurridos el 19 de octubre del 2006 en la calle 102 n.º 7-80. Ese día, determinaron las autoridades, el ataque ocurrió gracias a las labores de inteligencia que cumplió la mujer. El automotor, una camioneta Ford Explorer modelo 1997, tenía adecuado en su parte trasera un cilindro con sistema a gas que fue activado hacia las 8:55 de la mañana, luego de permanecer parqueado dentro de las instalaciones de la Escuela Superior de Guerra desde las 6 y media de la mañana, hora en la cual ingresó. La carga explosiva consistía en 60 kilos de amonal. El estallido dejó 14 militares heridos y los daños alcanzaron los 215 millones de pesos. Durante su captura, adelantada el 25 de octubre de 2007 en una residencia de la localidad de Kennedy, a Ramírez se le encontraron fotos, correos electrónicos y un croquis artesanal de las instalaciones de la Escuela Superior de Guerra. Ahora bien, a pesar de estos hechos, la Sala de Amnistía o Indulto de la JEP concluyó, el 17 de febrero de 2020, que Marilú Ramírez Baquero, exintegrante de las Farc y acreditada como tal por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, fue la encargada de inteligencia y comunicaciones de la red urbana Antonio Nariño del entonces grupo armado, estructura responsable del ataque ocurrido en la Escuela Superior de Guerra de Bogotá. La Sala de Amnistía concluyó que se trató de un acto de guerra de naturaleza amnistiable, acaecido en el marco del conflicto armado colombiano, antes del primero de diciembre de 2016. Por esa razón le concedió, en primera instancia, el correspondiente beneficio a Ramírez Baquero, quien goza de la libertad.
El alto tribunal impuso a Ramírez Baquero la obligación de que aporte verdad plena y satisfactoria sobre los hechos que conozca y que se dieron en el marco del conflicto armado, particularmente sobre la forma en que infiltró a las Fuerzas Armadas. En el marco del trámite de la amnistía concedida, la Sala valoró que Ramírez Baquero haya reconocido su responsabilidad y brindado disculpas a las víctimas. Igual de polémico resultó ser que, para la JEP, lo ocurrido en la Escuela Superior de Guerra fue un acto de guerra que también merece la amnistía. De acuerdo con el alto tribunal, lo acontecido se presentó en el marco del conflicto armado colombiano, antes del primero de diciembre de 2016 y un acto de guerra válido. Marilú Ramírez Baquero, en diálogo con Vicky en Semana, aseguró que la mejor manera de resarcir a las víctimas es con la verdad. Según dijo, ella era clave dentro de la inteligencia de las Farc. "El hecho del carro bomba, como tal, no era de mi competencia, yo solo trasladaba la información, que iba al Mono Jojoy (Jorge Briceño)".