Gran controversia ha suscitado el accionar de un grupo de indígenas que hace varios meses se tomó el Parque Nacional, en Bogotá. Desde hace siete meses, los indígenas, desplazados de sus territorios por cuenta de la violencia, se instalaron allí, montaron cambuches y multiplicaron su presencia en el lugar, en pleno corazón de Bogotá y donde viven cientos de personas que han manifestado su malestar por cuanto, al margen de los problemas de dichas comunidades indígenas, pagan impuestos y reclaman garantías por parte de la administración de la alcaldesa Claudia López.
El miércoles 6 de abril en la noche, varios incidentes se registraron. Por un lado, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) intervino luego de que ellos protestaran en las vías, dejando bloqueado el paso vehicular. Las movilizaciones indígenas estuvieron motivadas por el malestar con el Gobierno y la administración distrital por falta de soluciones a su situación, movilizaciones que coincidieron con las de motociclistas inconformes con las decisiones de López de restringir el parrillero para contrarrestar la inseguridad en la capital.
Escuche a la concejal Lucía Bastidas:
En medio del caos, el grupo de indígenas intentó agredir a un taxista que, a su vez, le pegó a una mujer taxista. El caso recordó cuando un grupo de indígenas asesinó a un ciudadano en Siberia, afueras de Bogotá, en hechos similares. “En el Parque Nacional lo que pasó anoche fue un secuestro de personas que estaban dentro de los carros particulares, que las amenazaban con tirarles piedras y palos porque estaban ellos pasando en ese momento y pusieron barricadas a lado y lado. Utilizaron a los niños como escudo humano pero, además, hay información de organismos de control de que allí adentro hay violaciones de menores de edad”.
Bastidas también señaló que el Parque Nacional dejó de ser un escenario de deporte, se perdió el comercio en la zona, por cuenta de lo que pasa allí. Según dijo la cabildante, dentro del lugar hay “vividores” que reciben las donaciones y revenden dentro del parque a los más necesitados. De igual manera, señaló la concejal, hay indígenas esperando obtener beneficios de las negociaciones con la administración distrital, aunque no tengan nada que ver con aquellos que son desplazados.
La concejal consideró que en el lugar falta autoridad. “Al principio hablaban de 150 familias, luego de 350 familias. Luego, con la caracterización, que decidieron aceptar porque la tutela lo ordenaba, hay 1.585 personas”. Según dijo, las personas atropelladas por vehículos particulares o taxis han salido ebrias del Parque Nacional, que es de uso público. “Se van dando tomas y tomas y la alcaldía no tiene autoridad para resolver el problema de una vez por todas”, agregó.
Ahora, dijo la cabildante, los indígenas se acostumbraron a instalarse allí y esperar beneficios por parte de la administración distrital. “Hubo un atropellamiento contra una indígena que iba sola, no con ningún niño. Están bebiendo y salen a la carrera séptima con machetes y palos a agredir, pusieron barricadas entre la calle 34 y calle 37 y la gente que intentó bajarse la estaban agrediendo con palos, les estaban tirando dardos con veneno. Agredieron a policías, utilizaron a menores como escudos humanos. La responsabilidad es del gobierno distrital y mirar con el Gobierno nacional. ¿Por qué no hay retorno? Y los siguen dejando ahí en pésimas condiciones”.
De acuerdo con Bastidas, la alcaldesa Claudia López debe acabar con los cambuches que hay en Bogotá, no solo en el Parque Nacional. A su modo de ver, está bien que trabaje de la mano del Gobierno y la Policía Nacional, pero “nos dejamos coger ventaja. Esto se convirtió en una bomba social en pleno corazón de Bogotá”.