Esperanza Gómez, empresaria y una de las actrices de contenido para adultos más reconocidas, contó en Vicky en Semana por qué desistió de tener hijos y desde cuándo tomó tal decisión, aunque los médicos aceptaron operarla solo años después de su primer intento.
Gómez compartió en SEMANA detalles de la biografía en la que trabaja con la editorial Planeta Colombia, en la que, entre otras, narrará los abusos sexuales de los que fue víctima desde los 5 años de edad, en buena medida lo que determinó que a toda costa evitara tener hijos.
“Hay una razón poderosa, desde niña, por la cual yo no quise tener hijos. Intenté operarme a los 19 años de edad para no tener hijos. Nadie, ningún médico me quiso operar y yo empecé a cuidarme por diferentes métodos”, comentó.
Según ella, en uno de los periodos de abuso a los 15 años de edad, sintió que estaba embarazada, lo que la llevó a entrar en pánico, algo que permaneció hasta los 19 años.
“A esa edad digo: ‘Yo no quiero volver a tener una experiencia en la cual, si yo ya decidí que no quiero ser mamá, no quiero ir a quedar embarazada y tener que pasar por una situación de aborto, porque yo no quiero ser mamá’”, contó.
Por ello, asistió a un ginecólogo en Cali, a quien le mintió para que la operara, con tal mala fortuna que él se dio cuenta de que no estaba siendo honesta.
“Le digo al ginecólogo: ‘Doctor, lo que pasa es que yo me quiero operar porque no quiero tener más hijos. Yo ya sabía que si uno no tenía hijos, los médicos no lo operaban, entonces de muy mentirosa le digo al doctor, ‘es que yo ya tengo dos hijos y no quiero tener más’. En mi estupidez e ignorancia, yo no sabía que un médico, al hacerle el examen ginecológico, estaba en capacidad de detectar visualmente si había sido madre o no”, narró.
Luego de burlarse de su suerte, agregó: “Pues efectivamente, voy a la camilla del doctor, me hace el examen y me dice: ‘Disculpe, señorita, ¿usted a qué está jugando conmigo? Y yo le digo: ‘Disculpe, doctor, ¿usted de qué me habla? Entonces el doctor dice: ‘Usted es una mentirosa, me está tratando de manipular, usted no ha sido madre... Me sentí la persona más estúpida del mundo”.
Esperanza explicó que la conversación con el médico quedó zanjada cuando le dijo que a esa edad, sin ser mamá, ningún profesional en la salud la iba a operar.
Debido a que ningún médico la quiso operar, planificó de diferentes maneras, aunque algunas de ellas pusieron en riesgo su salud. Tomó el hábito de ingerir una pastilla del día después una vez terminada cada relación sexual con su pareja, pese a que la recomendación médica es tomarla solo cada cierto tiempo, en caso de ser necesario.
“Entonces yo sigo cuidándome por diferentes métodos. Cogí el vicio, que no se lo deseo a ninguna mujer, de comprar la famosa pastillita del día después”, confesó.
Fue con su nueva pareja, quien tampoco quería ser padre, que asistió al médico para expresarle que quería operarse. Ella tenía 28 años de edad y el profesional aceptó.
“Consigo mi nueva pareja, con la que llevo 17 años, entonces me dice que si quiero, ¿por qué no me opero? Decido a mis 28 años operarme (...) antes de esa decisión, el médico lo manda a uno a una terapia psicológica, para ver si una está segura de la decisión”, expuso Esperanza Gómez.
“Un aporte que yo le estoy haciendo a la humanidad y al planeta es no traer un humano más a contaminar este planeta”, concluyó.