SEMANA publicó este lunes el testimonio completo del senador Iván Cepeda ante la Corte Suprema. En la extensa diligencia judicial el parlamentario habla de un punto hasta ahora no muy conocido: las conversaciones que tuvo con exparamilitares presos en Estados Unidos. Las visitas se realizaron en el marco de un trabajo del Congreso de la República y lo acompañaron algunos colegas, como Piedad Córdoba y Rodrigo Lara. Ahora que existe un debate nacional sobre el posible regreso a Colombia de Salvatore Mancuso, las declaraciones de Iván Cepeda en ese expediente dejan ver una parte inedita de lo que podría decir si decide colaborar con la justicia.
Esta declaración de Iván Cepeda se da en el marco del proceso penal contra el expresidente Uribe y tiene lugar el 4 de octubre del año 2019. Como se sabe, la investigación contra el expresidente, fue un búmeran, pues llegó como resultado de la denuncia que Uribe había formulado contra Iván Cepeda por presunta manipulación de testigos. Tal radicado invirtió los roles: Cepeda fue absuelto y pasó a ser víctima, mientras que Uribe pasó de denunciante a investigado. En la extensa declaración ante el magistrado César Reyes, el senador explicó un punto que ha sido muy polémico en el proceso: las visitas de congresistas a cárceles de Estados Unidos para buscar testimonios en su contra. En este apartado, habló del Tuso Sierra, pero hizo especial énfasis en Salvatore Mancuso. Cepeda explicó las razones que lo llevaron a hacer esos viajes. “En mayo de 2008 fueron en forma simultánea extraditados la gran mayoría de estos comandantes, quienes tenían la verdad con relación a hechos muy graves y masivos cometidos contra poblaciones enteras en Colombia. A partir de ese momento, el Movimiento Nacional de Víctimas discutió la posibilidad de llegar hasta donde estaban estas personas, en este caso extraditadas, para exigirles que dieran verdad ante los tribunales y concretamente ante el sistema de Justicia y Paz, que era el procedimiento acordado. En esa misma circunstancia la senadora Piedad Córdoba, en compañía de otros legisladores adoptaron la decisión de someter a través de una propuesta al Congreso la creación de una Comisión Accidental que tenía ese mismo propósito, que a pesar de la extradición no quedara trunco el proceso de justicia y verdad con relación a millones de víctimas en Colombia”, dijo. En ese momento, señaló el senador Iván Cepeda, se definieron funciones y en 2009 lograron el aval para visitar a jefes paramilitares en las cárceles. "En principio, por parte del Gobierno nacional, se le hizo saber al alto comisionado de paz -que era Luis Carlos Restrepo- y a otras autoridades del Estado, la intención de hacer esas visitas y en segundo lugar se obtuvo el permiso del Departamento de Justicia de Estados Unidos y los permisos de las cárceles en donde estaban Salvatore Mancuso y otras personas”. Y agregó: “En mayo de 2009, se practicó la primera de esas visitas y allí estuvo la senadora Córdoba, el senador Rodrigo Lara, el doctor Eduardo Carreño y también el doctor Danilo Rueda. Esas organizaciones hacían parte del movimiento y en esa condición fueron designadas estas dos personas junto a mí, para acompañar a los congresistas en esa primera visita”.
"Yo estuve en una primera visita que se hizo el 22 de mayo de 2009 al jefe paramilitar Salvatore Mancuso, uno o dos días después estuve en otra prisión en Nueva York visitando al señor Diego Murillo, alias Don Berna y en un segundo viaje en julio visitamos nuevamente la cárcel en la que está o estaba el señor Salvatore Mancuso y en esa misma visita estuvo el señor Juan Carlos Sierra, alias el Tuso Sierra”, agregó el congresista. "Para precisar un detalle, posteriormente, tal vez un año después estuve en Nueva York y lo hice con fiscales colombianos que fueron designados para recoger el testimonio del señor Diego Murillo, quien en la visita en la que estuvimos con la senadora Piedad Córdoba me confesó quienes podrían ser los autores intelectuales en el asesinato de mi padre (Manuel Cepeda Vargas), así que después de esa visita se hizo esta diligencia judicial con presencia de mi abogado, la Fiscalía General y el representante de las autoridades de Estados Unidos”, puntualizó. De acuerdo con el congresista, lo recopilado de dicha reunión constituyó un documento que redactaron con lo que recordaron de la reunión los presentes, toda vez que en la prisión de Estados Unidos era imposible grabar. Ese documento consolidado se lo presentaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. "En ese momento, el señor Mancuso hizo una larga exposición, la reunión duró cinco horas, y en esa larga exposición hizo referencia a múltiples asuntos. Dado que las autoridades penitenciarias de Estados Unidos prohibieron el uso de cualquier aparato para registrar lo que se dijera en esa reunión, tuvimos que apelar posteriormente a las notas que cada uno había logrado, tomar de esa exposición del señor Mancuso porque nos prohibieron tomar esas notas y cuando las pusimos en común elaboramos un documento, ese documento queríamos hacerlo lo más pronto posible después de la visita para que todo lo que se nos dijo quedara en ese escrito de la manera más fiel posible”, dijo Cepeda. "Una vez más elaboramos este documento y tomamos la decisión de pedir una cita ante el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y entregar el documento. En efecto esa reunión se dio días después de esa visita y entregamos el documento, hicimos un pacto entre quienes lo firmamos para que el documento tuviera carácter confidencial para la CIDH, esperando el momento adecuado para levantar la reserva y entregarlo a las autoridades nacionales”, agregó. Cuando el magistrado le preguntó quién construyó el escrito, el senador Iván Cepeda respondió: "La senadora Córdoba, el abogado Eduardo Carreño, el doctor Danilo Rueda y yo". “Cuando nos enteramos de que el señor Salvatore Mancuso y Juan Carlos Sierra estaban dispuestos a declarar sobre las visitas, tomamos la decisión de pedirle a la CIDH que se levantara la reserva y que nos devolviera el documento para entregarlo a la Corte Suprema”, aseguró el senador. Qué dijo Mancuso, según Iván Cepeda El senador Iván Cepeda fue consultado por la Corte Suprema de Justicia por las declaraciones que supuestamente realizó el exparamilitar Salvatore Mancuso una vez lo visitó en su sitio de reclusión, en Estados Unidos. "Como lo dije, era la segunda reunión en la que participaba el señor Salvatore Mancuso, en la primera reunión había hecho una larga exposición sobre varios de los momentos esenciales de su vida criminal en las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia). Sería dispendioso hablar de todo lo que dijo en esa primera reunión, pero mencionó temas gruesos”. "Lo primero que dijo ese 22 de mayo fue el hecho de que la extradición a la que habían sido sometidos él y 14 integrantes de la cúpula de las AUC había sido provocada intencionalmente para evitar que ellos declararan la verdad que tenían ante Justicia y Paz, allí hizo mención específica de las circunstancias que se presentaban en ese momento de su extradición en Justicia y Paz diciéndonos que ellos estaban preparando sus declaraciones más importantes, que iban a implicar a figuras de renombre en la vida política nacional, a empresarios y altos mandos militares, que precisamente a sabiendas de que esa era la circunstancia que se estaba presentado se tomó la decisión por parte del Gobierno y del presidente del momento, Álvaro Uribe Vélez, de provocar la extradición colectiva de esas personas”, dijo el senador. "El señor Mancuso señaló además que simplemente esa ere el resultado de otras presiones que se habían ejercido, que contra los familiares de los exjefes paramilitares hubo muchas presiones. Mencionó algo con uno de sus hijos en donde hubo amenazas y al parecer un atentado. Además, relató hechos graves, por ejemplo, cómo las AUC habían logrado generar una relación con una serie de figuras políticas que llegaron a un pacto para hacerse elegir con los votos de las poblaciones que estaban bajo el control de las AUC para el Congreso y a cambio obtener una ley que fuera totalmente favorable en materia de indultos, amnistías y de impunidad para ellos”, agregó.
"Señaló que esos testaferros políticos incumplieron el pacto y que lo hicieron temiendo que estas personas en las zonas de influencia se convirtieran en competencia para ellos como líderes políticos. Así mismo habló de las tierras que ellos usurparon y nos reclamó el señor Mancuso diciendo que era falso lo que sosteníamos los defensores de derechos humanos, en términos de que ellos habían logrado acumular seis millones de hectáreas y que esas hectáreas no las tenían las AUC, si no que estaban en manos de poderosos terratenientes y que eran sus jefes, muchas de esas tierras en Córdoba o los Montes de María estaban en manos de personas para las cuales ellos habían actuado”, aseveró. "El señor Mancuso hizo referencia a sus relaciones con el mundo político y señaló que la muerte de Vicente Castaño, jefe paramilitar, obedecía a que él había tomado la decisión de hacer un proceso de sustitución de cultivos y que esa iniciativa no fue valorada por el Gobierno y que él había tomado la decisión de apartarse del proceso de desmovilización y que por eso lo mataron, con presunta participación de personas del Gobierno”, dijo. El senador siempre señaló lo que supuestamente dijo Mancuso, toda vez que -como él mismo explicó- de esas reuniones no se permitieron registros en términos de video o audio por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos. "Asimismo, habló de sus relaciones con Álvaro Uribe, que se reunió en dos oportunidades con él en la hacienda El Ubérrimo e hizo referencia de que él solicitaba protección por las razones que había enunciado en esta exposición para sus familiares". Cepeda también relató que Mancuso hizo referencia en la manera en "cómo incursionó en El Catatumbo dejando más de 7.000 personas muertas, cómo operaron las AUC para asesinar a los integrantes de la Unión Patriótica con complicidad de la fuerza pública y otros asuntos”. El congresista fue enfático en señalar que estas visitas fueron cobijadas por la ley en la medida en que fueron autorizadas por el Congreso de la República, avisadas al Gobierno colombiano, a través del comisionado de paz, y al Gobierno estadounidense por medio del Departamento de Estado.