El 21 de febrero el debate de la despenalización del aborto llegó a un punto álgido en Colombia, luego de que la Corte Constitucional despenalizara la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 24 semanas de gestación, o lo que es lo mismo, seis meses de embarazo.
En pocas palabras, cualquier mujer que quiera someterse a este procedimiento antes de este tiempo estará en su derecho de exigirlo sin importar la razón por la cual haya tomado esa decisión.
Aunque los grupos feministas y proaborto aplaudieron el fallo asegurando que apoya “el derecho al aborto como forma de control de las mujeres sobre su propio cuerpo”, los llamados grupos Provida han mostrado su indignación afirmando que lo único que hace es “legalizar el asesinato de seres inocentes e indefensos”.
Asimismo, estos grupos aseguran que un feto de seis meses ya se puede considerar como un bebé, teniendo en cuenta que existen casos de niños que han nacido a las 24 semanas de embarazo y que, hoy en día, son hombres y mujeres totalmente normales.
Este es el caso de Juan Ignacio, un niño que nació entre la semana 24 y 26 de embarazo. Sus padres hablaron en Vicky en Semana manifestando que la decisión de la Corte está apoyando el “asesinato” de seres humanos y no defendiendo un derecho civil.
“Juan Ignacio nació a la semana 26, pero desde la semana 24 estábamos preparados para recibirlo. Era un bebé completamente formado. Nació pesando 700 gramos”, indicó Maritza Guedez, madre del niño que hoy tiene 8 años y que vive como cualquier otra persona de su edad.
Por su parte, el padre, Juan Cordero, aseguró que, aunque no puede “ponerse en los zapatos de los demás”, en su caso tener a un “bebé de 26 semanas” fue toda una bendición.
“Él logró salir adelante y es un niño normal: toca piano, hace deporte, súper inteligente”, añadió Cordero, revelando que antes de nacer, los médicos le dijeron que dentro del vientre de su esposa no se gestaba solo una vida sino dos. “Juan Ignacio era mellizo y su hermana no sobrevivió y de hecho la niña era la que tenía como mejor condición. Entonces es un tema de, ¿por qué yo no dejar que la naturaleza o que los seres traten y peleen por su vida?”.
“Obviamente uno los ayuda y los estimula, después de mucha terapia, uno ve el resultado hoy en día y (…) tenemos ocho años con él, y ahorita tiene un hermanito de dos años que lo adora y no me imagino una vida sin él”, añadió el orgulloso padre de Juan Ignacio.
¿Qué pensaron tras la decisión de la Corte?
Al cuestionarsele a los padres lo que sintieron o pensaron al ver la decisión de la despenalización del aborto por parte de la Corte Constitucional, Guedez aseguró que fue un choque difícil, teniendo en cuenta que el número de semanas “legales” para el aborto fueron casi las mismas que tuvo Juan Ignacio al momento de nacer.
“Es un poco paradójico todo esto, pues detrás de Juan Ignacio hay un poco de personal médico, enfermeras, especialistas, otras mamás. Yo apoyo a otras familias que reciben a bebés prematuros. Yo estoy encargada de ayudarlos y de acompañarlos. Pero de que salen adelante, salen adelante. Juan Ignacio es un niño completamente normal, es un niño cariñoso, es un niño familiar, ama a sus amigos, ama su colegio”, dijo la madre del menor.
“En el caso de la Corte, yo no sé si esas cuatro o cinco personas que votaron tienen o no hijos, pero personalmente nosotros no estamos de acuerdo, claramente en casos excepcionales, pero nosotros somos antiaborto”, manifestó por su parte Cordero; a lo que su esposa contestó: “antiaborto y nosotros estamos dedicados a sacar adelante a nuestro bebé”.
¿Por qué no renunciar a su bebé?
En cuanto a la pregunta de por qué no abortar a su bebé sabiendo que su hermana ya había muerto en el vientre y que el embarazo seguía siendo de alto riesgo, Maritza dijo que la mejor contestación es el mismo Juan Ignacio, quien la hace hoy “la mujer más feliz del mundo”.
“Tener un hijo prematuro es una bendición, una enseñanza, de vida de fe, es un milagro. Como yo siempre digo, es un milagro ante mis ojos. Entonces claro que vale la pena. Sí, yo esperaba dos, sin embargo, mi embarazo iba completamente normal, nunca iba un signo de alarma y fue un día para otro que me dijeron: ‘listo, ya es momento de desembarazarte’”, recordó Guedez.
Sin embargo, esto no fue impedimento para dar todo de sí. Según la mujer, ver a su niño tan pequeño y tan indefenso le recordó que había tomado la mejor decisión, sin importar los sacrificios que tuviera que hacer para que su bebé sobreviviera y además creciera normal.
“Yo me preocupe porque yo me tenía que sacar la leche y yo decía: yo saco fuerza de donde sea, porque yo sé que mi hijo me necesita (…) Yo no sabía con qué me iba a encontrar. Yo no sabía cómo iba a nacer él físicamente y cuando yo lo veo, formadito, con unos ojos que me decían ‘mamá, yo quiero vivir’, o sea yo dejé de hacer todo. Él es mi vida”, recalcó en medio de mucha emoción Maritza.
Por último, Juan Cordero dio un consejo para las madres que estén pensando en abortar a su bebé, recordando que “siendo respetuoso de cada caso”, lo mejor es pensarlo bien y recapacitar sobre la decisión que van a tomar, porque están decidiendo sobre una vida.
“Ya su bebé es un ser vivo. Hay tantas familias que luchan por tener su bebé, que no pueden y hacen tratamiento y los luchan cuando nacen prematuros (…) Hay otras maneras, hay otras formas de hacerlo. Entiendo que hay problemas de padres cabeza de familia, entonces es difícil criar un hijo, pero yo creo que es preferible dar tu hijo en adopción que hacer un aborto”, dijo el padre de Juan Ignacio.