Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, fue capturado el sábado anterior. Desde entonces se han dado a conocer detalles alrededor de cómo era su accionar criminal. En diálogo con Vicky en SEMANA, el general Jorge Vargas, director de la Policía Nacional, reveló un apartado de este criminal y da cuenta de sus aberraciones por las niñas menores de 14 años de edad.

“Era un abusador de niñas. Él y otros miembros de la organización para abusar de menores de edad, menores de 14 años. Era una costumbre de esta organización pagarles a los papás para que les entregaran a las niñas. Él se movía hacia los sitios donde las familias las ubicaba y abusaba de ellas porque realmente es un abuso”, explicó el general Vargas. “Tenemos una orden de captura con él precisamente por ese delito”, agregó.

Vea la entrevista de Vicky en SEMANA con el director de la Policía, general Jorge Vargas, a propósito de la captura de alias Otoniel

El director de la Policía también aseguró que Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, solía comer muchas frutas, tomar droga porque le dolía el cuerpo. Una persona totalmente acostumbrada a la selva y, a diferencia de otros narcotraficantes, decidió poner a nombre de sus familiares los múltiples bienes que adquirió con el dinero producto de enviar droga a Estados Unidos.

El oficial hablando de las aberraciones con las menores de 14 años de alias Otoniel

El general Vargas agregó que, por información de inteligencia, ya sabían que tenía dolencias lumbares y por eso no caminaba sino que se movía en mulas. Dichas mulas, explicó, eran superiores a cuatro millones de pesos, criadas en inmediaciones de Medellín. También pagó un dinero para desarrollar el perro chapolo, un animal cazador, fino. También se sabía que él mandó entrenar a dichos perros en lugares cercanos a la capital antioqueña.

Alias Otoniel pretendía rodearse de estos perros, especialmente criados, para que nadie se le acercara. De igual manera se informó que tenía dolores de espalda, de riñones, problemas de azúcar y de ahí que cuando las autoridades llegaban a algún punto de dónde él llegó a escapar encontraban colchones ortopédicos. “Empezamos a conocer todavía más, doblaba mucho las cartas en las que daba las instrucciones. Grababa videos en USB donde daba las instrucciones, mantenía contacto con la estructura a través de correos humanos. Era un abusador que daba las instrucciones ordenando el homicidio de policías y soldados de Colombia”, agregó.

Durante las últimas semanas, alias Otoniel “no llegaba a ninguna casa, durmiendo en condiciones de lluvia sin acercarse a residencias”, según detalló previamente el director de la policía, general Jorge Vargas. “Se estaba moviendo con ocho anillos de seguridad”, agregó Vargas. Úsuga lideraba a un grupo de paramilitares que se autodenomina Autodefensas Gaitanistas de Colombia y hace presencia en casi 300 poblados del país, según el centro de estudios independiente Indepaz.

Fue capturado en una zona de Necoclí (Antioquia), uno de los principales fortines de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo. El Gobierno señala al grupo, que se financia principalmente con el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión, como uno de los responsables de la ola de violencia que atraviesa el país, la peor desde la firma de un pacto de paz con la guerrilla FARC en 2016.

De acuerdo con el oficial, el narcotraficante también apeló a la brujería para protegerse de las autoridades, además de buscar perros especializados y de recurrir a los correos humanos y la redacción de cartas que solía doblar en exceso. En 2017 Otoniel había anunciado su intención de llegar a un acuerdo para someterse a la justicia, pero el Gobierno contestó con una feroz persecución.

La organización ha sido diezmada por una serie de golpes de las autoridades contra el círculo cercano del capo, que se ocultaba durmiendo en la selva y sin utilizar teléfonos, según la policía. Otoniel pasó a encabezar el Clan del Golfo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, alias Giovanni, en enfrentamientos con la Policía en 2012. Se inició en las armas como guerrillero del Ejército Popular de Liberación (EPL), una guerrilla desmovilizada en 1991.

Tras entregar las armas, volvió a combatir en grupos paramilitares que sembraron terror en los años noventa con masacres y atrocidades cometidas en su lucha contra las guerrillas. Muchos de estos grupos de autodefensas se desmovilizaron en 2006 a iniciativa del gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). No obstante, Otoniel decidió mantenerse en la ilegalidad y es muy probable que termine en una cárcel de Estados Unidos.