Mariana Pajón empezó a practicar BMX a los 4 años. A los 5, ganó su primer título nacional y 4 años después, su primer título en un Mundial Junior. “Empecé en el BMX un día que mi hermano pasó por la pista de bicicrós de Belén, aquí en Medellín. Nací entre pistas, tierras y bicicletas, y dije que quiero ser como mi hermano. Y así inicié”, recordó con nostalgia la triple medallista olímpica en Vicky en SEMANA.
A esa pista que la vio convertirse en leyenda tuvo que decirle adiós para su tercer ciclo olímpico por las amenazas que recibió junto a Vincent Pelluard, su esposo, por su clasificación para representar a nuestro país. “Es triste y, sin decir mentiras, nos afectó; fue duro y por eso esa medalla también fue increíble, y las lágrimas fueron de felicidad y quitarse esa presión de encima. Se cierra la puerta y queda la tranquilidad. Aunque el país lo trate así, Vincent decidió representarnos”, contó Mariana Pajón.
Increíblemente, a una deportista que le ha dado alegrías al país en el mundo a punta de pedalazos y triunfos que han cambiado el discurso de violencia y drogas, le llegaron amenazas que prometían acabar con su vida: “¿Fueron amenazas de muerte?“, se le preguntó. “Sí, sencillamente así. Cuando empezaron a llegar nos resguardamos acá y luego salir del país lo más pronto. Además, le llegó a nuestro compañero Carlos Ramírez y recibió cosas, y tuvimos que salir para cumplir el objetivo y el sueño, y devolvernos con algo positivo”, contestó Mariana con tristeza.
Mariana, que superó una lesión de ligamento cruzado anterior y sufrió la ruptura parcial del colateral medial de su rodilla izquierda, tuvo que realizar su fortalecimiento y trabajo de fisioterapia en espacios cerrados. “Recibimos amenazas desde las más duras. Fue increíble, triste y –la verdad– sí nos asustó. Incluso afectó nuestra preparación, porque no pudimos volver a la pista acá en Medellín por un tiempo y nos tocó irnos del país para terminar la clasificación y nuestra preparación”, contó la deportista.
El tormento para la familia Pajón Londoño, que tiene planes de hijos, empezó desde hace dos meses: “Esa olla de presión explotó el 4 de junio, cuando salió la resolución de clasificación. Fueron amenazas muy concretas que decían que si nos volvían a ver en algún lugar en la pista, nos preparábamos para lo peor. Nos lo tomamos en serio. Nos tocó las dos primeras semanas de preparación a Olímpicos, hicimos la preparación en casa y no pudimos ir a pistas ni entrenar. Nos cerramos por temas de seguridad. Afectó la preparación, el momento y nuestras familias. La gente sabe que no nos merecemos eso. Pero nos quedamos con lo bueno de la gente”, confesó Vincent Pelluard, francés nacionalizado hace tres años colombiano y esposo de Mariana Pajón.
Sin embargo, y aunque quiere pasar la amarga página de peligro que vivió, no darle más importancia al tema, las personas que han estado amedrentándola detrás de un teclado o se han atrevido a más ya están completamente identificadas por las autoridades competentes: “Hay nombres, familias. Se sabe quiénes son y se han hecho las investigaciones. Las personas ya están identificadas: son de Antioquia y algunas de esas amenazas las vamos a escalar”, dijo Mariana, dejando claro que lo que más le duele es la difamación y el sufrimiento al que han sometido a sus seres queridos, especialmente a Vincent Pelluard.
“Algunas personas se pasaron del respeto con nosotros. Los llamo los ‘jueces de sofá' que hablan sin preguntar. Al principio de la carrera pensaba: ‘¿Qué dirá la gente si me va mal?’ Lo que sé es que de esto salimos más fuertes”, agregó el colombo-francés, que logró el top 10 por nuestro país en las justas olímpicas de Tokio 2020.