Este martes, 27 de febrero, arribó a Colombia en calidad de deportado el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, procedente de los Estados Unidos, luego de cumplir una condena de 15 años de cárcel en ese país por narcotráfico.
Ahora, Mancuso se puso a disposición del presidente Gustavo Petro para cumplir con sus funciones de gestor de paz, a pesar de que aún tiene deudas pendientes con la justicia colombiana y, por el momento, fue recluido en la cárcel La Picota, ubicada en Bogotá.
En Vicky en SEMANA, Hernán Cadavid, representante a la Cámara por el Centro Democrático, se refirió a la llegada de Mancuso a Colombia. Algo que sin duda ha generado una tormenta política en el país.
“Ahora (el presidente Gustavo Petro) lo trae bajo la figura de gestor de paz. Es decir, Mancuso hoy entra a la cárcel La Picota, pero en cuestión de días, ante los jueces de Justicia y Paz, bajo la figura y el beneplácito del Gobierno nacional, estará en las calles y regiones de Colombia. ¿Qué empezará a decir? No puede ser que ahora todo lo que diga Mancuso después de 16 años de que no lo había dicho, se convierta en una verdad absoluta e irrefutable en Colombia. Porque no lo va a decir ante tribunales, diligencias judiciales, donde se pueda confrontar; y eso se convertirá entonces en un instrumento del Gobierno nacional y de la Justicia Especial de Paz para utilizarlo en los términos en como hoy se está utilizando”, destacó el congresista.
De tal modo, el representante Cadavid fue enfático en decir en Vicky en SEMANA que la “verdad tiene que salir toda” y, que, por el contrario, Mancuso supuestamente llegó a Colombia “para pagar el favor de la libertad que le va a otorgar el Gobierno Petro” a través de la figura que le dieron de gestor de paz.
Sobre si existe la posibilidad o no de un plan en contra del expresidente Álvaro Uribe, a propósito de la llegada de Mancuso al país, el congresista dijo no tener alguna duda.
“Desde la conformación de la JEP trataron de vincular a los expresidentes de la República. Eso tenía nombre propio: se llamaba Álvaro Uribe Vélez (...) hay una operación teledirigida para llegar a un nombre en específico que se llama Álvaro Uribe”, agregó Cadavid.
El congresista se refirió a una presunta estrategia para enlodar al expresidente Uribe a partir del testimonio del exjefe paramilitar que sería utilizado políticamente.
“Claro que hay un ánimo de utilización política de la figura de Mancuso. Aquí no hay ánimo de paz ni de gestoría de paz. Si fuera así, estarían haciendo un tratamiento con todos los miembros de las Autodefensas, varios de ellos que también llegaron extraditados y otros que quedaron allá. ¿Por qué no los han invitado?”, se cuestionó.
A propósito del regreso de Mancuso, el expresidente Álvaro Uribe se manifestó este miércoles, 28 de febrero, a través de su cuenta de X. En primera instancia, recordó que extraditó al exjefe paramilitar porque continuaba delinquiendo desde la cárcel de alta seguridad de Itagüí, donde estaba recluido inicialmente.
“Habían sido trasladados a Itagüí porque periodistas de altísimo reconocimiento me informaron que desde la habilitada cárcel de La Ceja se planeaba una fuga. Temí que sería otra ‘Catedral’. Cumplí el deber por encima de advertencias de venganza. Estados Unidos aceptó nuestra exigencia de acceso a sus cárceles para funcionarios del Estado colombiano y para los ciudadanos”, relató Uribe en un video publicado en la citada red social.
Enseguida, comentó que, poco después de ingresados a las cárceles de Estados Unidos, “empezaron a llegar visitantes” –varios cercanos a la guerrilla–, ofreciendo beneficios para que dieran información sobre los supuestos vínculos de Uribe Vélez con paramilitares.
“Mancuso miente, jamás se reunió conmigo. Nos saludamos pocas veces por mi vinculación a Montería. No tuvimos conversaciones. En la campaña presidencial, me negué a reunirme con él, como quedó públicamente establecido. Y también, públicamente, desautoricé que me apoyara en Barrancabermeja, como me había dicho el padre De Roux”, continuó el expresidente.
Álvaro Uribe también fue enfático en decir que Salvatore Mancuso “nunca entró a la casa del Ubérrimo”.
“Esta casa fue la única mayoría de la finca hasta 2006. Los comandantes regionales de las Fuerzas Armadas me visitaban con frecuencia para preguntar sobre mi seguridad. He tenido seguridad oficial, nunca privada, desde 1982″, agregó Uribe.