“El año pasado en Medellín se recibieron 3.500 denuncias sobre violencia sexual que involucraban menores de edad, una cifra que además de elevada y preocupante, puede ser incluso mayor porque muchos de los abusos no son denunciados ante las autoridades”. Las palabras de Margarita Gómez, la primera dama de la ciudad, buscan que se haga un alto en el camino, analizar la situación real de los menores de edad y encontrar soluciones a un problema doloroso y que va en aumento.
De acuerdo con las cifras que maneja la ciudad, el 51 por ciento de los casos se presentaron al interior de los hogares, y el 42 por ciento de los agresores están en el núcleo familiar, un panorama que, para la primera dama, tiene que ver con el hecho de que el abuso sexual está naturalizado en muchas de las comunas y corregimientos de la ciudad. Del total de los registros, la mayoría se presentaron en Villa Hermosa, Manrique, La Candelaria, Robledo, Popular y San Javier.
“Esta realidad debe cambiar y está en manos de todos prevenir y detectar este tipo de sucesos tan dolorosos. La violencia, el abuso sexual y el maltrato infantil dejan secuelas en el desarrollo de los niños y de cualquier persona para siempre”, señaló Gómez.
En respuesta a ese lamentable fenómeno, Margarita Gómez lidera el Congreso Internacional Todos Los Protegemos, un encuentro que convocará a expertos de Argentina, Chile, Costa Rica, Estados Unidos y México en torno a las alternativas que existen para reducir los índices de violencia sexual contra niños, niñas y jóvenes.
El encuentro, que tendrá lugar en Plaza Mayor Medellín los días 18, 19 y 20 de noviembre, tiene como objetivo generar conciencia entre los asistentes y entregar herramientas a la ciudadanía para que pueda prevenir los abusos y abordar esa problemática.
“Como sociedad no podemos ser indiferentes ante el dolor y el abuso que viven muchos de los niños de la ciudad”, agregó la primera dama de la ciudad.
Según Gómez, prevenir la violencia y el maltrato infantil “no solo es posible, sino urgente y necesario para evitar las consecuencias a corto, mediano y largo plazo que estas tienen en la vida de los menores”.
Promover una cultura de respeto y cero tolerancia hacia cualquier forma de violencia sexual es el gran reto, y para ello es vital identificar los signos de alarma.
“Los niños muchas veces no son capaces de expresar con palabras lo que les está pasando o no hablan porque tienen miedo o porque no tienen conciencia de lo que les está sucediendo”, concluyó la primera dama.