Cuando una persona se encuentra en proceso de duelo su cerebro se enfrenta a una crisis constante, donde lo que cree cotidiano no corresponde a la realidad. Esto produce una confusión y, a largo plazo, una reconfiguración neuronal; en Duelo con Amor, Jorge Gómez Calle, acompañante de duelos, explica más acerca del proceso que sucede en el cerebro luego de la pérdida de un ser querido.
¿Por qué afecta tanto la muerte, si es innegable?
Se ha confirmado que el duelo tiene consecuencias que van más allá de un momento de angustia emocional y psicológica, de hecho sus efectos físicos son sorprendentes. En un estudio de 2012 publicado en Circulation se mostró que el peligro de sufrir un ataque cardíaco era mayor en las primeras 24 horas después de la muerte de un ser querido.
¿Por qué afecta tanto un suceso innegable de la vida? La respuesta está en el cerebro. A pesar de que la muerte es algo de lo que el ser humano siempre es consciente, una vez se enfrenta directamente a la pérdida de un ser querido no sabe cómo manejarlo.
En una entrevista con Infobae, la escritora y profesora encargada de laboratorio de duelo, pérdida y estrés social de la Universidad de Arizona, Mary-Frances O’Connor explicó que esto se debe a que cuando un ser querido muere, “el cerebro contrapone el hecho de recibir la noticia frente a la habitualidad de la presencia, esos dos flujos de información entran en conflicto durante mucho tiempo”.
En otras palabras el cerebro entra en conflicto. “Por un lado, el cerebro sabe que se ha ido. Pero por otro lado, cree que va a llegar a cenar. Eso puede ser muy confuso para las personas. Le toma mucho tiempo al cerebro poder corregir y recalcular todas las emociones que eso significa”, explicó O’Connor.
Para evitar o controlar este estado de confusión, el acompañante en duelos Jorge Gómez Calle comparte un ejercicio en este episodio de Duelo con Amor. Recuerde que en este programa podrá encontrar, cada semana un episodio con nuevas enseñanzas sobre el duelo.
¿Quién es Jorge Gómez Calle?
Es un médico que ha dirigido su trayectoria profesional al cuidado paliativo, la atención al final de la vida y el duelo. Sus terapias se basan en la conexión del cuerpo, mente, emoción y energía. Su práctica de la terapia neural entiende al ser humano como un sistema complejo que es capaz de la autocuración y se centra específicamente en procesos de duelo y en acompañamiento terapéutico de personas en dolor.
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