Título original: Sex and the City. Año de estreno: 2008. Dirección: Michael P. King. Actores: Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon, Jennifer Hudson. Esta reseña desanimada ha sido escrita por una persona que nunca estuvo interesada en la comedia Sex and the City. Resulta importante aclararlo porque el filme, que será descrito en el siguiente párrafo como “una mirada deslumbrada a cuatro vidas patéticas supuestamente redimidas por la amistad”, les ha fascinado a los fieles seguidores de la serie de HBO que llevaba el mismo título. La historia que cuenta la película comienza, precisamente, en donde acaba la de las seis temporadas del dramatizado. Se asoma a las ‘glamorosas’ vidas de aquellas cuatro neoyorquinas materialistas, las amigas Carrie Bradshaw, Samantha Jones, Charlotte York y Miranda Hobbes, como si pasara ciertas páginas de Vanidades. Y las enfrenta, ya cuarentonas, al peor enemigo al que puede enfrentarse una persona sin problemas: el matrimonio. Hay quienes se mueren de la risa. Sex and the City es un capítulo largo (¿o dos?, ¿o tres?, ¿o cuatro?) de la serie que sabemos: el capítulo en el que Carrie decide casarse con su novio de siempre. Se nota, por el éxito que ha tenido, que logra reproducir las situaciones dramáticas, los personajes y el humor de cualquier episodio de la serie de HBO. Los que acaben de llegar a la historia, sin embargo, se aburrirán ante esa mirada deslumbrada a cuatro vidas patéticas supuestamente redimidas por el poder de la amistad. Se quedarán fríos. Cabecearán. Sentirán que la decadente “es que se visten muy bien” no es razón suficiente para quererlas.