Título original: Shrek the Third. Año de estreno: 2007. Dirección: Chris Miller y Raman Hui. Voces: Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Diaz, Antonio Banderas, Rupert Everett, Justin Timberlake, Julie Andrews, John Cleese, Eric Idle. Esto puede seguir así toda la vida. A Shrek le pueden pasar todas las cosas que le vengan a uno a la cabeza. Como a Astérix. Como a Tintín. Así que sólo falta por ver hasta qué punto le interesa al público (amo y señor de las series taquilleras) seguir viendo cómo transcurre la vida de aquel ogro verde que vio la luz en las vacaciones de 2001. DreamWorks Animation, el estudio responsable por la trilogía, ya ha anunciado que producirá dos capítulos más. Ya veremos qué pasa. Ya veremos si la banda sonora vuelve a divertir, si la parodia sigue haciéndonos cómplices, si esa manada de personajes secundarios sigue haciéndonos reír como al principio. La sorpresa, por lo pronto, es que Shrek Tercero funciona. El reino ‘Muy, muy lejano’ pierde a su rey, ese renacuajo pomposo, en una escena de antología. Los villanos, encabezados por el capitán Garfio, se unen para demostrarle al mundo que son más que villanos. Y el monstruo protagonista pasa por una crisis personal (“estoy embarazada”, le grita Fiona desde el puerto) que lo devuelve a las tristes inseguridades de las dos primeras entregas. Los de siempre están ahí, desde Pinocchio hasta los tres ratones ciegos, desde el Gato con botas hasta los tres cerditos con acento alemán, desde el muñeco de jengibre hasta la dragona rosada, pero esta vez también son parodiados, de manera genial, los héroes de los relatos artúricos: el mago Merlín es un gurú esotérico, Lancelot es el tipo más popular del curso y Arturo es el rechazado del colegio. Las doncellas delicadas de los cuentos de hadas, Rapunzel, Blanca Nieves, La bella durmiente y Cenicienta, son valientes guerreras que se las saben todas. Así que Shrek Tercero funciona. Envuelve. Conmueve. No es original ni brillante, no, pero se preocupa más por contar su historia que por parecer inteligente (que era el error de la divertida segunda parte) y eso es mucho más que suficiente. The Eels, Wings, Led Zeppelin, The Ramones y Harry Chapin comandan una banda sonora que demuestra que los realizadores aún tienen en mente a los padres de los seguidores de la serie. Ver a ese coro de ranas cantando Live And Let Die, de Paul McCartney, es uno de los momentos cumbres de este tercer largometraje. También los cinéfilos encontrarán razones para ver la comedia que nos ocupa. He aquí las cinco que vienen primero a la cabeza: las maravillosas voces, en inglés, de dos miembros del grupo humorístico inglés Monty Phyton; la pequeña broma a La novicia rebelde llevada a cabo por la propia Julie Andrews; el sueño, tipo ¿Quieres ser John Malkovich?, en el que Shrek es agobiado por una muchedumbre de bebés verdes; el momento en el que el muñeco de jengibre ve su triste vida en una suma de flashbacks; la escena en la que los árboles tenebrosos, venidos desde los primeros días de la Walt Disney, ensayan una coreografía desastrosa. Esto puede seguir así toda la vida.