SEMANA: ¿Cuál es esa verdad que se esfumaría si Salvatore Mancuso no regresa a Colombia? José Miguel Vivanco (J.M.V.): Las consecuencias que tendría un hecho de esa naturaleza serían fundamentalmente dos. La primera, obviamente, sería una bofetada para las víctimas. Estamos hablando de uno de los máximos líderes del paramilitarismo colombiano, alguien que tiene una responsabilidad por cientos y cientos de hechos atroces, incluyendo masacres, ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones de personas. ¿Cómo cree usted que se pueden sentir esas víctimas que fueron abiertamente engañadas, primero durante el gobierno de Uribe y ahora durante el actual gobierno?  

"Estamos hablando de una humillación aberrante a sus víctimas. Y en cuanto a la verdad, obviamente resulta vital que Mancuso regrese a Colombia". Recuerde usted que Mancuso se somete a este procedimiento especial de Justicia y Paz en virtud del cual él debía confesar sus delitos, cooperar con la justicia. Y gracias a eso recibiría una pena única y máxima de ocho años de privación de la libertad. Y resulta que se inician las diligencias judiciales de Justicia y Paz, y, de la noche a la mañana, el presidente Álvaro Uribe decide extraditarlo a él junto con otros líderes paramilitares para que rindan cuentas por narcotráfico en los Estados Unidos. Cumple una pena de varios años por narcotráfico y, como es además ciudadano italiano, está reclamando y está haciendo todas las gestiones necesarias para terminar en Italia, un país que no tiene tratado de extradición con Colombia. Creo que desde el punto de vista de las víctimas estamos hablando de una humillación aberrante a sus víctimas. Y en cuanto a la verdad, que fue la pregunta que usted me hizo inicialmente, obviamente resulta vital que Mancuso regrese a Colombia si es que se quieren adelantar las investigaciones judiciales y garantizar justicia y verdad.  Vea la entrevista de SEMANA con José Miguel Vivanco

SEMANA: Usted ha dicho que son 12 años los que llevan las víctimas en Colombia esperando el regreso de Mancuso para que se haga justicia. ¿Quién es el responsable de que Mancuso en este momento tenga un pie más en Italia que en Colombia? J.M.V.: Aquí hay una responsabilidad compartida entre la Fiscalía, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Gobierno. Por cierto, también del presidente Duque y de las autoridades judiciales. Es que la manera como han llevado este caso es realmente sorprendente. El mal manejo, la negligencia que ha prevalecido en el trámite, la mediocridad mostrada por las autoridades colombianas, inclusive las autoridades judiciales. Creo que es importante que en Colombia se sepa que de las tres solicitudes de extradición que se han formulado en los últimos meses para conseguir que Mancuso regrese a Colombia, dos de ellas fueron rechazadas por la propia embajada de Estados Unidos. No cumplen con los requisitos básicos, como es el hecho de que el delito por el que se reclame a Mancuso sea también delito en Estados Unidos. Es una cuestión que un estudiante de primer año de derecho sabe. Una tercera solicitud fue admitida por la embajada, llegó a las esferas competentes norteamericanas y estaba en pleno curso cuando fue retirada por Colombia en el último minuto. Colombia la retira porque se dan cuenta que esa solicitud de extradición está fundada en un delito cuya pena ya se habría cumplido, pues en noviembre del año pasado —y esto es de conocimiento público— un tribunal dictó una resolución que dice que esos hechos ya fueron procesados por Justicia y Paz.  "Esa declaración de la JEP, que ha salido a la luz pública las últimas 48 horas, fue gracias a las gestiones que hemos tenido que realizar directamente para ir despejando dudas y que, en esencia, el Gobierno colombiano haga un trabajo serio, como corresponde". Entonces, el Gobierno de Colombia llega a la conclusión que no había delito por el cual extraditar a Salvatore Mancuso. Alguien que tiene cientos y cientos de pendientes abiertos, por investigaciones graves en materia de Derechos Humanos. En el minuto en que empezamos a intervenir, descubrimos que Mancuso, al margen de los procesos típicamente de Derechos Humanos, tiene una investigación muy importante por lavado de activos, que es posterior a la desmovilización de 2004; por lo tanto, no cabe dentro de la Justicia y Paz. Por ese caso de lavado de activos Mancuso acude a la JEP para someterse. Tuvimos que acudir a la presidenta de la JEP, Patricia Linares, para que aclarara públicamente que el hecho de que existiera un caso expuesto por lavado de activos ante la JEP no impedía que el Gobierno colombiano y la Fiscalía solicitaran a este señor en extradición. Esa declaración, que ha salido a la luz pública las últimas 48 horas, fue gracias a las gestiones que hemos tenido que realizar directamente para ir despejando dudas y despejando el camino para que, en esencia, el gobierno colombiano haga un trabajo serio, como corresponde, y solicite a este señor en extradición.En contexto: 

SEMANA: El presidente Iván Duque, en una entrevista que hizo con SEMANA, aseguró que si Salvatore Mancuso finalmente termina en Italia, va a poner una denuncia ante la Corte Penal Internacional. ¿Qué tan efectivo podría ser esto? J.M.V.: Esta es una cuestión que no tendría mayores efectos, pues no hay un precedente de un hecho de esa naturaleza. La Corte Penal Internacional, como bien sabemos, actúa como tribunal de última instancia, una vez que se han agotado las condiciones internas. Aquí los recursos internos no se han agotado por negligencia. Y eso hay que decirlo con todas sus letras del Estado y del gobierno colombiano. A mí me parece que el presidente de Colombia en lugar de estar haciendo anuncios espectaculares sobre cómo él interpondría una denuncia, ese tipo de promesas, debería dar prioridad a esta materia. Unir esfuerzos porque estamos contra el tiempo. Creo que está aún en manos del Gobierno y, desde luego, del presidente Iván Duque, asegurar que eso ocurra. Lo otro es ponerse en el escenario y que este señor termine en Italia. Si eso llega a ocurrir, la única explicación es la negligencia de las distintas autoridades colombianas, incluyendo al propio Gobierno y al presidente Duque.

SEMANA: ¿Cuál es la reacción de la justicia colombiana ante sus reclamos? ¿Hay tiempo para corregir? J.M.V.: Estamos ya en los descuentos, como diríamos en el fútbol. Es un milagro que Mancuso no haya logrado escapar a Italia, y lo que ha ocurrido en las últimas 24 horas es algo realmente notable y muy valioso. Una gran noticia, pues el Tribunal Superior de Bogotá ha revocado la resolución de noviembre del año pasado, que asimila las condenas por narcotráfico en los Estados Unidos a las penas que recibirían por crímenes de lesa humanidad en Justicia y Paz. Algo que realmente no tiene ningún fundamento. Felizmente, este Tribunal Superior de Bogotá revoca esa resolución y, por lo tanto, ordena la captura inmediata con fines de extradición de Mancuso. Creo que ante una tan contundente decisión judicial, se acabaron los pretextos, se acabaron las dilaciones. Hay simplemente que acatar y cumplir con la máxima velocidad. Como dije antes, un país que no tiene tratado de extradición, que además tiene por tradición no extraditar a sus nacionales, garantizaría la impunidad respecto de crímenes atroces en Colombia y no habría mayor cooperación con las cientos, probablemente miles de causas abiertas que lo involucran a él como instigador en violaciones gravísimas a los Derechos Humanos. Estamos hablando de negligencias burdas en este proceso de pedido de extradición. SEMANA: ¿Usted tiene la percepción de que existe un interés político de que Mancuso no sea extraditado Colombia?  J.M.V.: Yo no voy a especular o a intentar explicar o interpretar de la manera tan poco rigurosa, tan poco seria con la que un Estado como el colombiano, que además tiene una abundante experiencia en cuestiones de extradición. ¿Cuántos son los colombianos que han terminado extraditados en los Estados Unidos por narcotráfico? Es un trámite casi rutinario de la justicia. Sin embargo, en este caso se han enredado completamente los últimos cuatro meses tratando de pasar la culpa de un sitio a otro: que es el juez, que es la sentencia de noviembre, que es el proceso que descubrieron a última hora. ¿Quiénes fueron los que autorizaron esas solicitudes de extradición iniciales, que no cumplen ni siquiera con los requisitos más básicos y son rechazados por la embajada de Estados Unidos en Bogotá? Y luego presentan una que sí tiene progreso, y avanza ante las autoridades norteamericanas. Sin embargo, se dan cuenta de que hay una sentencia en noviembre del año pasado, que es cuestión de chequearlo online, en línea, en internet. Cualquier ciudadano colombiano o extranjero que haga las consultas necesarias. No se requiere ni siquiera título de abogado para darse cuenta de esa situación. Terminan retirando la solicitud de extradición y luego sosteniendo que la Fiscalía no podía tramitar la solicitud con relación a un caso de lavado de activos sobre la base de que Mancuso había llevado ese caso ante la JEP. Bueno, la JEP se pronunció, rechazó por inadmisible esa pretensión de Mancuso de ser juzgado por lavado de activos ante la JEP. Y, obviamente, los abogados de Mancuso hacen lo que hacen todos los abogados del mundo, que es apelar esa decisión. Sin embargo, las autoridades de Fiscalía no se enteran de que la apelación no suspende la ejecución de la decisión en primera instancia. Y tienen que esperar hasta que la propia presidenta de la JEP, la doctora Linares, les aclare públicamente que la apelación se concede solamente en el efecto de devolutivo y no suspensivo. De tal modo que está la vía libre para la Fiscalía y para el resto de las autoridades colombianas para solicitar la extradición de Mancuso, en este caso por lavado de activos, si lo quieren hacer. También está la decisión de un Tribunal de Bogotá que ordena la captura de Mancuso con fines de extradición. Si tú me preguntas qué motiva todo este mal manejo. Yo prefiero no calificarlo y emitir mayores comentarios. Estoy objetivamente examinando un récord pobre, mediocre, todo esto requiere la atención de las máximas autoridades del Estado colombiano, encabezadas por el propio presidente Iván Duque. En lugar de especular con la llegada de Mancuso a Italia y cómo se podría llevar el caso de Mancuso a la Corte Penal Internacional. SEMANA: No es la primera vez que personas que son responsables de delitos muy graves en Colombia se meten en esas grietas que dejan las diferentes jurisdicciones que se han creado hasta ahora en el marco de procesos de paz. ¿De prosperar el caso de Mancuso tendremos las mismas dificultades que con Jorge 40 o el Mellizo, que también están en celdas de migración? J.M.V.: Efectivamente, este caso es muy importante, de vital importancia. Todos sabemos que entre Mancuso y Castaño tenían la responsabilidad máxima de dirección de las Autodefensas de Colombia y que fueron responsables por masivas violaciones a los derechos fundamentales. Ahora, no son los únicos, están también personas como Jorge 40. Y, como ya dije, muchos de estos se beneficiaron por una intervención directa de Uribe, quien decidió interrumpir todas las colaboraciones por Justicia y Paz cuando Uribe decidió privilegiar lo que fue una la investigación por narcotráfico en los Estados Unidos. "Ahora, si es que Mancuso está dispuesto a regresar a Colombia, su actuación es contradictoria, pues está haciendo esfuerzos por conseguir un pasaporte italiano y estar al día con sus deberes de migración hacia Italia. Sus abogados han solicitado explícitamente, y no una, sino en más de una oportunidad, que sea removido desde los Estados Unidos a Italia". El compromiso público era que una vez que cumplieran sus penas por narcotráfico en los Estados Unidos, regresarían a Colombia y responderían aun en Colombia ante las autoridades competentes por violaciones a los derechos humanos. Si Mancuso logra salirse con la suya, creo que está a punto de hacerlo, me parece que se estaría consagrando un precedente nefasto que tendrá consecuencias desde el punto de vista de lo que son los índices de impunidad en Colombia por graves y masivas violaciones a los derechos humanos. SEMANA: ¿Qué opinión le merece el audio en el que Salvatore Mancuso señala que seguirá firme con su compromiso de cumplirle a las víctimas? J.M.V.: A mí me parece muy importante la declaración de Mancuso. No le quiero restar méritos. Me parece que además es importante dejar constancia que las veces que Mancuso ha sido requerido por la justicia colombiana, por Justicia y Paz, en declaraciones mientras estaba en los Estados Unidos cumpliendo pena por narcotráfico, ha tenido una disposición bastante abierta a declarar, a cooperar, a informar, a responder las preguntas que se le formulan. Ahora, si es que Mancuso está dispuesto a regresar a Colombia, su actuación es contradictoria, pues está haciendo esfuerzos por conseguir un pasaporte italiano y estar al día con sus deberes de migración hacia Italia. Sus abogados han solicitado explícitamente, y no una, sino en más de una oportunidad, que sea removido desde los Estados Unidos a Italia. Al no haber una solicitud de extradición, las autoridades americanas no tienen otra opción porque lo que privilegian es que esta persona cumplió con su condena por narcotráfico.Lo que corresponde hacer es darle un cauce legal dentro del debido proceso. Un procedimiento formal de extradición que cumpla con los requisitos y que logre traerlo por esa vía de regreso a Colombia sin correr mayores riesgos.