La gira que inició Marta Lucía Ramírez por Estados Unidos suscitó una nueva discusión sobre el programa de aspersión aérea con glifosato. En el centro de las reuniones de las que ha participado la vicepresidenta está el proceso de paz, la crisis en Venezuela y la lucha contra los cultivos ilícitos que lideran ambos países. Su posición frente a este último tema, le ha costado a la vicepresidenta innumerables cuestionamientos. Le sugerimos: EE.UU y Colombia: con amigos así...Ramírez intentó responder a una de las mayores preocupaciones de Washington: las más de 200.000 hectáreas de coca que tienen inundado el país y que a su vez ha generado reparos por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.Frente a los medios de comunicación, la vicepresidenta le pidió a la Corte Constitucional que no ponga "condiciones imposibles" en el debate que adelanta sobre glifosato. Pero lo que más llamó la atención fue el ejemplo que utilizó para defender el uso del herbicida. "Estamos pendientes de que la corte nos facilite las cosas sin poner condiciones imposibles como que haya pruebas 100 por ciento de que (la fumigación) no causa efectos a la salud. Si usted se toma 100 vasos de agua al día, le aseguro que también se enferma", dijo la vicepresidenta.En el centro del polémico ejemplo están los reclamos del Gobierno gringo por el incremento de los cultivos ilícitos. Hace algunas semanas, la buena relación entre Donald Trump e Iván Duque, pareció sufrir su primera fractura. El mandatario estadounidense volvió a cuestionar los esfuerzos de su homólogo para reducir la cantidad de droga que sale de Colombia hacia su país. "El negocio de las drogas ha crecido un 50 por ciento en Colombia desde que el mandatario colombiano llegó al poder en 2018”, manifestó Trump.Puede leer: Con experimentos demuestran consecuencias mortales del glifosato en los peces nativos de ColombiaDuque no se demoró en responder a las críticas de quien semanas antes le había abierto las puertas de la Casa Blanca. El mandatario colombiano defendió la gestión de su Gobierno en materia de erradicación de cultivos ilícitos y desmantelamiento de estructuras ilegales vinculadas con el narcotráfico. Duque reiteró que enfrentar ese negocio debe ser una tarea compartida de todos los países del mundo: “Por un lado enfrentar la oferta y por otro enfrentar la demanda”.“Los países que tienen altos niveles de consumo deben enfrentar ese fenómeno mientras nosotros hacemos lo propio en Colombia enfrentando a los carteles y los cultivos ilícitos”, dijo. Además, aseguró que desde el 7 de agosto, cuando asumió la presidencia, multiplicó por cuatro el grupo de erradicadores manuales que se han convertido en una herramienta importante contra los cultivos ilícitos. Uno de los temas más sensibles en el plan de acción contra el narcotráfico es precisamente la fumigación con glifosato, que para Estados Unidos es la herramienta más efectiva para combatir los cultivos ilícitos. En Colombia, el uso se prohibió en 2015 argumentando riesgos en la salud. La Corte Constitucional en su momento respaldó la prohibición, aunque no la descartó del todo, y el tema está nuevamente en debate en ese alto tribunal.Ese debate fue utilizado por la vicepresidenta Ramírez para explicar en Washington el aumento exponencial de los cultivos ilícitos en los últimos años y le pidió al Gobierno de Estados Unidos que debe reconocer los esfuerzos del país en la lucha contra las drogas. Puede interesarle: “Le rendimos cuentas es al pueblo colombiano”: Duque tras críticas de TrumpMientras tanto, en Colombia, Dejusticia reiteró que no es consitucional ni conveniente reactivar la fumigación aérea con glifosato porque no se han cumplido las condiciones establecidas por el tribunal para proteger la salud y el medioambiente, se han agudizado por las que la corte aplicó el principio de precaución en 2017 y sugirieron tener en cuenta las alternativas comprobadas que resultan menos costosas y riesgosas para la salud. Durante la audiencia de seguimiento de la sentencia T236 de 2017, en la que se había ordenado reparar a la comunidad de Nóvita, Chocó, por los daños causados por fumigaciones aéreas con glifosato en 2013, Diana Rodríguez, subdirectora de Dejusticia argumentó que que la efectividad de la aspersión aérea nunca ha sido comprobada y hay algunas razones que ponen en duda esta presunción. "Por ejemplo, la tasa de resiembra con la aspersión aérea es cercana al 35 por ciento, mientras que según el último Informe de las Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito la tasa de resiembra tras la erradicación manual y voluntaria en el Marco del PNIS es del 0,6 por ciento", explicó Dejusticia. Le recomendamos: Donald Trump vuelve a cuestionar la gestión de Iván DuqueEn las redes sociales, las palabras de la vicepresidenta fueron recibidas con recelo. Están los que defendieron su ejemplo argumentando que si el país quiere controlar el negocio del narcotráfico, debe poner en marcha un plan agresivo contra los cultivos ilícitos, y del otro lado están los que consideran errada desde la comparación hasta su posición.