La tauromaquia regresó a la capital. Más de 10.000 aficionados llenaron los tendidos, cerrados a la fiesta brava durante cinco años. La Santamaría de nuevo fue escenario de encuentro de políticos, empresarios y algunos jóvenes herederos de una pasión cuestionada en los últimos tiempos. * Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set